Por Clément Paule
Traducción : Daniel Del Castillo
Passage au crible n°73
Source : Wikipedia
Del 20 al 27 de julio de 2012, cerca de 24 000 personas provenientes de 183 países participaron en la 19na Conferencia Internacional sobre el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), organizada en Washington por la International AIDS Society (IAS). Este coloquio, que se lleva a cabo cada dos años desde 1994, fue el marco para numerosas actividades, ya sea que se trate de talleres científicos, intervenciones de tomadores de decisión, o manifestaciones artísticas que apuntan hacia la sensibilización de la opinión pública sobre la pandemia del VIH (Virus sobre la Inmunodeficiencia Humana)/SIDA. Si bien la enfermedad provocó 30 millones de decesos en tres décadas, esta cumbre fue considerada como un éxito, en la medida que la posibilidad de poner fin a esta calamidad en un futuro próximo fue seriamente evocada. Parece claro que estas perspectivas relativamente optimistas – afirmadas explícitamente en el slogan “cambiando la tendencia juntos” (turning the tide together) – se apoyan en los avances decisivos a nivel técnico, mientras que la crisis financiera frena a los donantes. Desde entonces, se han realizado sucesivos llamados a la movilización con el fin de agrandar el acceso a los tratamientos para el 97% de los enfermos que viven en los países de renta débil o intermediaria, al mismo tiempo para intensificar los esfuerzos de la investigación médica.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Después de la identificación y el aislamiento del virus a principios de los años ochenta, numerosos Estados establecieron programas de acción pública dirigidos a controlar la epidemia. Usualmente criticadas por su carácter excluyente, incluso estigmatizador – como los procedimientos de puesta en cuarentena – estas iniciativas locales se revelaron ineficaces para contener el VIH/SIDA: en las décadas siguientes éste se convierte en una pandemia. Al término de lo cual, la lucha contra este desastre sanitario toma forma a escala mundial, lo que ilustra la creación de dispositivos institucionales a la manera del Programa de las Naciones Unidas para el VIH/SIDA (ONUSIDA) en 1995. Simultáneamente, recalquemos la multiplicación de los movimientos asociativos – como Sidaction o AIDES en Francia –, ya que algunos consiguen internacionalizarse, siguiendo la estampa de ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power). Por su parte, los Estados no permanecen al margen e instauran diversos mecanismos de cooperación, con la finalidad de reducir la mortalidad en las regiones más gravemente afectadas, sobre todo en África Subsahariana. En este sentido, el Pepfar (President´s Emergency Fund for Aid Relief), creado por George W. Bush en 2003 y dotado de varios miles de millones de dólares, se presenta como la más grande intervención estatal en materia de salud mundial. En esta misma lógica, UNITAID es lanzado en 2006 con el objetivo de facilitar la compra de tratamientos médicos para los Países en Vías de Desarrollo (PVD); a partir de un impuesto de solidaridad tomado sobre los tiquetes de avión aplicado en unos treinta países. Observemos finalmente la aparición de estructuras público-privadas, como el Fondo Mundial de Lucha Contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo en 2002. Este instrumento financiero fue el encargado de centralizar y distribuir los financiamientos dedicados a las actividades anti-VIH/SIDA.
En el corazón de esta arquitectura compleja, el IAS – fundada en 1988 – agrupa más de 16 000 miembros, entre los cuales numerosos investigadores y profesionales de la salud especialistas en el virus. Esta asociación con fines no lucrativos, se impuso como detentora de una experticia multiforme de primer plano: así lo muestra la reciente nominación de Françoise Barré-Sinousi – Premio Nobel de Medicina en 2008 – a la presidencia de la organización. En este concepto, las IAC (International AIDS Conference) juegan un rol primordial en la medida que estas manifestaciones permiten hacer públicos los últimos descubrimientos científicos sobre la enfermedad, al mismo tiempo que vuelven a activar la movilización internacional y atraen a los inversionistas. De igual modo, la escogencia de este escenario para anunciar la posibilidad de atajar la pandemia se revela muy significativa a nivel simbólico, además que esta posición se apoya sobre los considerables avances técnicos. Citemos el paciente de Berlín quién fue presentado como el primer caso de cura del SIDA, después de un trasplante de médula ósea en 2007. Conviene finalmente recordar que 34 millones de personas vivirían hoy en día con VIH y que únicamente 54% de los 15 millones de enfermos – ya sea cerca de 8 millones de individuos – se encontrarían beneficiados por tratamientos antirretrovirales. Además, las estimaciones de las Naciones Unidas indican que 2,7 millones de nuevas infecciones se habrían producido en 2010 – lo cual marca una disminución de 20% desde el 2001 – mientras que la cantidad de decesos relacionados con el virus se elevaría a 1,8 millones de personas, para el mismo período.
1. La gobernanza mundial de la salud en acción. Esta conferencia deja entrever un conjunto de alianzas congregadas alrededor de un problema público mundial determinado, en este caso la pandemia del VIH/SIDA. Es importante sin embargo explorar las líneas de tensión en este espacio que agrupa actores con status y capitales heterogéneos, lo cual tiene incidencias en la administración internacional de la calamidad.
2. Avances científicos vs. lógicas socio-económicas. Si bien los progresos de la investigación sobre el virus permiten avistar desde ahora su desaparición, la mayor parte de los participantes convergen en que un enfoque estrictamente técnico resulta insuficiente. En efecto, la enfermedad se encuentra profundamente encastrada en relaciones sociales a diferentes escalas, que van desde la desigualdad Norte/Sur hasta estigmatizaciones moralizantes.
En primer lugar, recalquemos la diversidad de los colaboradores del evento: al lado de los personajes políticos – la Secretaria de Estado Hillary Clinton, el ex presidente Bill Clinton o el vice-presidente sudafricano Kgalema Motlanthe – figuraban artistas como Elton John, funcionarios internacionales – el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim y el director ejecutivo de ONUSIDA Michel Sidibé – hombres de negocios – Bill Gates – así como científicos de renombre. Esta movilización multisectorial ilustra la coexistencia gradual de actores estatales o interestatales con el incremento de poder de los interventores no-gubernamentales, especialmente las multinacionales y las fundaciones privadas. Mencionemos en este aspecto el multi-posicionamiento de individuos como el ex presidente Bill Clinton, quién negoció con las compañías farmacéuticas la reducción de los precios de ciertos tratamientos. Sin embargo, el papel creciente de los filántropo-capitalistas – a la manera de la Fundación Gates que invirtió un total de 2,5 millones de dólares contra el VIH – y de muchos Estados del Sur, no es suficiente para contrarrestar la falta de compromiso de los países donantes, en un contexto de austeridad. ONUSIDA estima que este déficit se eleva a 7 mil millones de dólares, destinados a objetivos tres veces superiores en el horizonte de 2015. Sobre todo cuando Barack Obama, por lo demás ausente en la conferencia, anunció recortes presupuestales en el Pepfar a partir de 2013.
A pesar de estas dificultades, los resultados de la investigación se vislumbran prometedores según la iniciativa Towards an HIV Cure, incentivada por el IAS, mientras que los indicadores sanitarios parecen mejorar. Si bien el descubrimiento de una vacuna no parece estar aún a la orden del día, nuevas perspectivas fueron consideradas para perfeccionar las terapias existentes, cuyos costos fueron reducidos. Citemos el caso de Truvada, tratamiento profiláctico que disminuye el riesgo de contagio – en el 90% de los casos, con toma diaria del medicamento – después de un encuentro sexual de alto riesgo; fue aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) bajo el auspicio de la IAC. Empero, esta última innovación suscitó la inquietud de asociaciones como ACT-UP, que evocó potenciales efectos perversos del producto en materia de prevención. De manera más general, la implementación de estas técnicas permanece en el centro de las controversias; al igual que las lógicas sociales en las cuales se inscribe la pandemia, siguen siendo complejas.
De esta manera, a pesar de las repetidas denuncias por la estigmatización de la cual son víctimas las personas infectadas por el virus, una buena cantidad de militantes del Sur no pudieron obtener el visado necesario para trasladarse a Washington. La administración norteamericana rechazó en efecto las solicitudes de los trabajadores (ras) del sexo – sex workers – quienes decidieron organizar simultáneamente una contra-cumbre en Kolkata, India. Agrupando cerca de mil manifestantes, este evento paralelo – nombrado Sex Workers Freedom Festival – se impuso como objetivo reclamar la inclusión y participación de estas poblaciones particularmente vulnerables, en los procesos de toma de decisión en la lucha contra el VIH/SIDA. La iniciativa fue apoyada por el director ejecutivo de ONUSIDA, quien recordó que menos del 1% de los financiamientos internacionales estaba consagrado a los sex workers, siendo que éstos últimos constituían uno de los grupos más afectados por la enfermedad. Además, los protestatarios denunciaron las condiciones ligadas a los fondos distribuidos por Pepfar, que requiere la firma de una cláusula anti-prostitución por parte de las organizaciones que subvenciona. Este ejemplo nos muestra, más allá de la tecnificación de las respuestas, la dificultad para finalizar con una pandemia cuya dimensión política se revela omnipresente.
Dixneuf Marc, « La santé publique comme observatoire de la mondialisation », in : Josepha Laroche (Éd.), Mondialisation et gouvernance mondiale, Paris, PUF, 2003, pp. 213-225.
Site de la 19e Conférence Internationale sur le sida : http://www.aids2012.org [20 août 2012].
UNAIDS, UNAIDS Guidance Note on HIV and Sex Work, avril 2012, consultable à l’adresse: http://www.unaids.org [21 août 2012].
UNAIDS, Together We Will End AIDS, 18 juillet 2012, consultable à l’adresse: http://www.unaids.org {25 août 2012].