Por Mustafá Benberrah
Traducción : Daniel Del Castillo
Passage au crible n° 145Source : Wikimédia
El 14 de septiembre de 2016, se llevó a cabo la segunda reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta entre Túnez y la Unión Europea (UE). En esta se acordó la adopción de una resolución no vinculante, la cual recomienda a las instituciones europeas obrar por la creación de un « Plan Marshall ». Dicho dispositivo no solo estaría destinado a apoyar la transición tunecina, sino que también avalaría la conversión de la deuda europea, en proyectos de inversión.
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Contexto histórico
Pasados cinco años de la revocatoria de Zine El Abidine Ben Alí, el escenario político de Túnez se ha desarrollado de diversas maneras; entre las cuales está la promulgación de una nueva Constitución el 26 de enero de 2014. Esta incluye especialmente las libertades tanto de expresión, como de opinión y de conciencia; la igualdad entre los hombres y las mujeres, y el principio de paridad en las asambleas conformadas por los elegidos del pueblo. Estos avances fueron reconocidos el 09 de octubre de 2015, cuando se atribuyó el Premio Nobel de Paz al cuarteto compuesto por la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), el sindicato patronal Unión Tunecina de Industria, Comercio y Manufactura (UTICA, en sus siglas en francés), la Liga Tunecina de los Derechos Humanos (LTDH), y la Orden Nacional de Abogados (ONA). Sobresale que este grupo viene desarrollando desde hace más de dos años un « diálogo nacional ». A tal punto, que la UE expresó su voluntad de consolidar su relación con la república tunecina, acentuando el papel central de la sociedad civil en la construcción del proceso democrático.
Túnez y la UE retomaron los diálogos el 15 de octubre de 2015, con la perspectiva de alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio Completo y Profundo (ALECA, en sus siglas en francés), que extienda la zona de libre comercio establecida en 1995 para los productos industriales. Este texto confiere al Estado tunecino el estatus de « socio privilegiado », además que incentiva su integración económica en el espacio europeo. Por último, recordemos que estas negociaciones se desarrollan en el marco del proceso euro-mediterráneo de Barcelona, impulsado desde 1995. Este último introduce el concepto de « asociación EUROMED », el cual se basa en tres ejes: el político, el económico y aquel relativo a la seguridad. Siguiendo esta iniciativa, el presidente François Hollande anunció el viernes 22 de enero de 2016 que: « Francia pondría en marcha un plan de apoyo a Túnez de mil millones de euros para los próximos cinco años ».
Sin embargo, este Estado del Magreb enfrenta aún hoy en día una serie desafíos considerables tanto a nivel político, económico, como relativos a la seguridad. No olvidemos los asesinatos políticos y los ataques terroristas que se dieron estos últimos meses, acciones violentas que condujeron a la UE a confirmar su apoyo. Después del atentado perpetrado el 18 de marzo de 2015 contra el Museo Nacional del Bardo, la organización europea expresó su solidaridad al vincular la «seguridad del vecino país con aquella de los países europeos ». Esta declaración antecede la firma, el 4 de noviembre de 2015, de un acuerdo entre la embajadora de la UE Laura Baeza, y los ministros de Desarrollo y del Interior, Yassine Brahim y Nejem Gharsalli, respecto a un préstamo de 23 millones de euros. Esta cantidad será consagrada a la reforma del sector de la seguridad, cuyos principales objetivos serán la protección de las fronteras y la lucha contra el radicalismo. Por otro lado, se discutieron medidas económicas, como el aumento de las cuotas del aceite de oliva exportado hacia Europa. La Comisión Europea adoptó estas medidas en septiembre « para proteger la economía de Túnez después de los recientes ataques terroristas ». De hecho, el amparo de un sector del cual dependen más de un millón de tunecinos, se manifiesta como un « esfuerzo concreto para estimular el empleo », así como una « ventaja económica necesaria a corto plazo ».
Marco teórico
1. El control unilateral de las negociaciones. Los ataques terroristas que azotaron a Túnez en 2015, consolidaron las iniciativas de la UE en cuestión de seguridad. Estas disposiciones fueron propuestas en el marco de una « asociación privilegiada » que agrupará, a largo plazo, a todos los sectores de la economía tunecina. No obstante, una abertura significativa de los mercados plantea un temor en cuanto a un posible desequilibrio a favor de los operadores occidentales, lo que incitó a los actores locales a la movilización, con el fin de oponerse a las negociaciones.
2. La resistencia estructural de la sociedad civil. James Rosenau demostró que la política exterior ya no constituye más hoy en día una competencia exclusiva de las autoridades nacionales. A partir de ahora, los gobiernos deben hacer concesiones a los nuevos actores libres de soberanía. Estos últimos contradicen aquello que consideran como una mala administración de los fondos públicos, lo que evita inducir un mejoramiento socio-económico significativo.
Análisis
En Túnez los esfuerzos de cooperación siempre han sido objeto de controversias tanto para la sociedad civil, como para la esfera mediática, los cuales tienen tendencia a estigmatizar una forma disimulada de clientelismo. Estos grupos subrayan que la concreción de semejante compromiso va a influenciar ampliamente las orientaciones políticas en materias diplomática y económica. Aparte, los grupos mencionados también realzan la cuestión de los impactos inmediatos, que consideran inciertos.
Desde esta perspectiva, la oposición denuncia el carácter puramente comercial y financiero del ALECA, al igual que los desequilibrios potenciales entre los operadores locales y los europeos. Se considera que el libre comercio beneficia sobre todo a Europa, en particular a Francia, Alemania e Italia. Los contestatarios igualmente deploran la ausencia de una ayuda real para modernizar la economía tunecina, y edificar un aparato productivo verdaderamente competitivo tanto a nivel industrial, como agrícola y de los servicios. En estas condiciones, Túnez podría difícilmente sacar provecho de la abertura de los mercados.
Por otro lado, estas protestas se transformaron en una fuente potencial de turbulencia global. Tras reclamar una moratoria de las discusiones en junio de 2015, quince organizaciones – entre las cuales se encontraban la UGTT, el Foro Tunecino por los Derechos Humanos (FTDES) y la LTDH – dieron parte de sus preocupaciones públicamente. Finalmente, la juventud tunecina rechaza el neo paternalismo, a pesar de todo persistente.
Varios economistas y organismos mediáticos sostuvieron esta misma visión de las cosas, con el fin de frenar las negociaciones que se adelantan; citando el caso de Marruecos, donde el ALECA sigue estando bajo el condicionamiento efectuado por las evaluaciones de impacto que realiza el Ministerio de Comercio de ése país. Estos actores disponen de datos que les permiten utilizar la estructura del conocimiento analizada por Susan Strange, para jerarquizar los objetivos inscritos en la agenda política. En un contexto en el cual la UE atribuye un papel importante a los actores libres de soberanía, considerados como los interlocutores inevitables del Estado, las discusiones corren entonces el riesgo de demorarse, incluso de ser suspendidas provisionalmente, como ya sucedió en el 2014.
Referencias
Benberrah Moustafa, La Tunisie en transition. Les usages numériques d’Ennahdha, Paris, L’Harmattan, 2014. Coll. Chaos International.
Laroche Josepha, « L’engagement du Nobel contre l’islamisme. Le quartet tunisien, Nobel de la paix 2015 » : www.chaos.international.org
Nawaat, consulté le 10 février 2015 sur : www.nawaat.org