Por Alexandre Bohas
Traducción : Yessica Lara
Passage au crible n° 128
Source: Wikipedia
Con la toma de Palmira por las tropas del Estado Islámico en Irak y del Levante (EIIL o Daesh en árabe) en el pasado mayo, uno de los sitios más prestigiosos de la antigüedad se encuentra así en peligro de desaparecer. Este evento refleja las motivaciones ideológicas de este califato autoproclamado contra los edificios culturales.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Contexto histórico
En los últimos años, los atentados contra monumentos religiosos por diversos grupos que alegan pertenecer al islam radical, se han multiplicado. Podemos citar la destrucción con dinamita de los Budas de Bamiyan en 2001 bajo el régimen afgano del Talibán, o recordar aquella de los mausoleos musulmanes en Tombuctú en 2012 por los rebeldes que luchaban contra el régimen de Malí durante la ocupación de la ciudad. A estos eventos, se agrega la inestabilidad política de Egipto y de Libia; una situación que favoreció el saqueo de numerosos museos y sitios arqueológicos, por razones de orden tanto mercantiles, como religiosas.
Además, las guerras civiles en Irak y en Siria crearon las condiciones para un establecimiento duradero del EIIL en algunas zonas de los dos países. Así, 4,500 sitios arqueológicos se encuentran sobre el territorio ocupado por dicha entidad. Sus partidarios atacaron sitios de Mesopotamia, pero también lugares de culto musulmán como la tumba de Jonás en Mosul. En Siria, el 90% de las destrucciones se centró en elementos islámicos como las tumbas, los santuarios y las mezquitas, estas últimas databan del siglo XIII y XIV.
Desde finales del mes de febrero de 2015, el saqueo perpetrado en el Museo de Mosul, así como los sitios asirios y partos de Nimrud y Hatra han sido cuidadosamente filmados y difundidos en las redes sociales. Estas devastaciones provocaron la consternación de la opinión occidental y la condena de la UNESCO quien resultó, por otra parte, impotente para asegurar la protección de estos edificios clasificados en el patrimonio mundial.
Marco teórico
Una reacción contra la pluralización del mundo. La globalización genera una “pluralización” (Cerny) de las sociedades modernas. Al favorecer los flujos y movimientos transnacionales en términos culturales y socioeconómicos, provoca reacciones de repliegue de la identidad con un rechazo del otro, emblemático de una “brutalización del mundo” (Laroche). En este caso, los actos vandálicos contra monumentos perpetrados por el EIIL tienen como objetivo (en nombre de un islam purificado, extremista y dogmático) empezar desde cero las especificidades y sincretismos, presentes y pasados.
La transnacionalización de una búsqueda identitaria. Estas destrucciones culturales en Irak, en Libia y en Malí son explotadas para manipular a los individuos mal integrados y desfavorecidos. Estos últimos aceptan entonces una ideología fanática que les da un sentido a su vacío existencial (Hoffer). Apoyándose en una lectura fundamentalista y antimoderna del Islam, se propone a sus simpatizantes, de orígenes muy diversos, una visión simplificada del mundo y les ofrece una identidad transnacional.
Análisis
Lejos de ser espontáneos, estos saqueos han sido cuidadosamente calculados y organizados. Ellos son justificados por el rechazo de una idolatría, prohibida comúnmente a todas las religiones monoteístas. A la imagen de la controversia iconoclasta (siglo VIII) y del puritanismo Inglés (siglo XVII) en la religión cristiana, el EIIL invoca el carácter idólatra de toda devoción y de todo lugar de culto, actual o desaparecido, que no se dirija directamente a Dios. Bajo esta perspectiva, sólo este último puede ser el objeto de una práctica religiosa. El saqueo de Nimrud y de Hatra resultaron precisamente de la aplicación excesiva de este principio fundamental del islam, que figura sobre el emblema del EIIL “لا إله إلا الله” (“no hay más dios que Dios“).
Los videos del EIIL que muestran las devastaciones de Hatra o del Museo de Mosul son el resultado de un montaje elaborado. Los analistas han expresado, a este respecto, dudas en cuanto a la autenticidad de ciertas estatuas destruidas. Se trataría de hecho de facsímiles de yeso ya que los originales habrían sido vendidas con anterioridad para financiar los esfuerzos de la guerra. Por otra parte los combatientes que aparecen en los videos de propaganda del EIIL fueron identificados por sus acentos: provendrían de África, del subcontinente indio y del Magreb. En otras palabras, ninguno de entre ellos provienen de la región del Máshreq, región que comprende de Siria a Egipto. Este video sería entonces destinado a los musulmanes que viven fuera de la escena de los enfrentamientos y que a menudo son marginalizados con el objetivo de reclutarlos. Recordemos en este sentido que los ejércitos del Daesh están en efecto, en gran medida, conformados por combatientes extranjeros.
Además, es importante considerar la atracción global que genera el EIIL frente a ciertos jóvenes musulmanes. Se parece a aquellas que operaban, en los años cincuenta, las religiones seculares descritas por el filósofo Eric Hoffer. Estos grupos de creyentes fanáticos encuentran hoy un eco favorable a través del Islam extremista que predican. Sobre todo porque la globalización refuerza su atractivo confiriéndoles una audiencia mayor. Las relaciones desterritorializadas que caracterizan la fuerza de estos movimientos comunitarios se vuelven posibles gracias a las nuevas tecnologías, especialmente el Internet. Pero la globalización altera los entornos tradicionales acercando culturas y sociedades. De este modo, suscita reacciones identitarias que buscan frecuentemente, a través de una intolerancia violenta, reafirmar los dogmas quebrantados. Así, la destrucción cultural del EIIL testifica la voluntad para borrar la diversidad de las prácticas religiosas, históricas y culturales, propias de Mesopotamia.
Referencias
Cerny Philip G., Rethinking World Politics: A Theory of Transnational Pluralism, New York, Oxford University Press, 2010.
Evin Florence, “L’État islamique met en scène la destruction de la cité antique d’Hatra”, Le Monde, 4 avril 2015.
Hoffer Eric, The True Believer: Thoughts on the Nature of Mass Movements, New York, Harber & Brothers, 1951.
Laroche Josepha, La Brutalisation du monde. Du retrait des États à la décivilisation, Montréal, Liber, 2011.
Schama Simon, “Artefacts Under Attack”, Financial Times, 13 March 2015.