Por Philippe Hugon
Traducción: Maricarmen Gonzalez Cisneros
Passage au crible n°56
En este principio del año 2012, Nigeria, aliado de los Estados Unidos y del Reino Unido, se encuentra socavada por dos grandes crisis: 1). La referente al enfrentamiento Norte-Sur caracterizado por una espiral de tensiones étnico-religiosas; 2). La referente a la huelga general en protesta por el alza de los precios de la gasolina. Las amenazas de parar la producción de petróleo del primer productor de África por parte de los dos grandes sindicatos empeoran la situación. Algunas personas autorizadas – como el premio Nobel Soyinka – evocan un riesgo de guerra civil. Algunos subraya, por otra parte, el riesgo de secesión bajo el pretexto de la proximidad de Nigeria con Sudan, país dividido entre un Norte musulmán – donde reina la Charia – y un Sur Cristiano. Primer país de África por su población con 150 millones de habitantes, este Estado Federal – en el que no paran de alternarse los regímenes militares y civiles –, conoce una violencia endémica que lo fragiliza.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Antigua colonia británica, Nigeria hoy es un Estado federal compuesto de 36 Estados recorridos por fuerzas centrípetas contenidas únicamente por los poderes militares o civiles fuertes o por el federalismo. El aumento del número de Estados federados, de reglas relativas a la devolución del poder político entre el Norte y el Sur y el reparto territorial de la renta, participan igualmente a esta lógica.
Los sistemas de sultanatos y de cacicazgos del Norte de Nigeria discrepan fuertemente de las organizaciones sociopolíticas mucho de orden más segmentario que las que se encuentran al Norte del país. Las diferencias han sido mantenidas por la administración colonial británica de indirect rule. 12 Estados del Norte instauraron la Charia y se han visto desfavorecidos frente a los del Sur.
El país ha sido desgarrado por varios conflictos. El más violento sin duda es el de la guerra de Secesión de Biafra (1967-1970) oponiendo lbos (apoyados por Francia, Israel y Portugal) a la federación (apoyada por el Reino Unido y la URSS). Las causas de esta guerra tienen, factores sociopolíticos y religiosos a la vez, y sobre todo desafíos petroleros oponiendo las grandes potencias y majors; dichas tensiones han inducido rivalidades internas en Nigeria. En 1970, las 3R (reconstrucción, rehabilitación, reconciliación) simbolizaron la salida del conflicto. Aun así, el país conoció numerosas tensiones entre el Norte y el Sur y conflictos al interior del Delta y de Níger.
Las crisis en Nigeria revelan dos principales líneas de fuerza:
1. Nigeria se presenta como una sociedad caracterizada por la renta petrolera y su impacto económico, social y político. Ricamente dotada de hidrocarburos, ofrece condiciones fáciles de extracción y posibilidades de extracción gracias al acceso al mar. Estos beneficios hacen de ella una zona de extracción, la más demandada de África. A pesar de eso, las tensiones internas han aumentado puesto que la riqueza se ha concentrado en 90% en el Delta y Níger.
2. Nigeria se encuentra históricamente marcada por las diferencias Norte-Sur dentro del plan social y religioso. Los enfrentamientos entre las comunidades cristianas y musulmanas ilustran estas diferencias ligadas a los contrastes de derechos y desigualdades de la repartición de la renta petrolera.
El conflicto de Nigeria puede ser descifrado bajo dos criterios principales.
El primero nos lleva a los hidrocarburos. Desde un punto de vista macroeconómico, se trata de un sector estratégico. Con una renta petrolera que representa entre 35 y 40% del PIB, 80% de ingresos fiscales y 97% de exportaciones del país. En 2011, el nivel alcanzó 2,5 millones de barriles al día a 75 dólares el barril, haciendo de Nigeria el octavo exportador mundial de petróleo. 6 multinacionales controlan 5% de la producción de la cual, más del 40 % de la producción es exportada hacia los Estados Unidos, es decir 10% de sus importaciones. De hecho, el petróleo exacerba innumerables tensiones políticas pues se encuentra concentrado al Sur-Este y conlleva fuertes diferendos entre los Estados. En el Delta de Níger (9 Estados federados reagrupan 30 millones de habitantes), movimientos como el Movimiento por la emancipación del Delta del Níger (MEND) y ciertas fracciones de disidentes se han desarrollado considerablemente. Se encuentran igualmente en el seno de los conflictos sociales, la filial de hidrocarburos y el precio de la gasolina en la medida en que el ingreso petrolero suscita una grande corrupción y una fuerte evasión de capitales. Ahora bien, la redistribución del ingreso entre los Estados y la población debió de haber pasado por una subvención permitiendo a los dos tercios de nigerianos (con un ingreso por día inferior a 2 dólares) tener acceso a dicho bien de primera necesidad.
A estos desafíos petroleros se superpone un segundo factor de crisis: las divisiones Norte-Sur. En la capital de los Estados de mesetas, en Jos, los conflictos oponen les Fulani musulmanes a los Berom cristianos, dos poblaciones que disponen de derechos diferentes. Las esferas de influencia islámicas del Norte son plurales (sufismo de cofradía tradicionales, movimientos salafistas, madhistas y chiitas). 12 Estados (de 36) instauraron la charia. Las situaciones de grandes desigualdades y exclusión de derechos. Algunos responsables políticos, pretenden instrumentalizar las oposiciones religiosas y erradicar la charia en un país donde la repartición de la renta petrolera sigue siendo diferente constituye el principal elemento explicativo de la potencia de las redes musulmanas. La interrogante más importante, surge de la conmoción en Libia, es la proliferación de la nebulosa AQMI. El movimiento anti occidental Boko Haram localizado en Borno y aparecido después del 11 de septiembre 2001, desarrolla desde entonces el jadismo y está dividido en varias ramas dentro de las cuales se encuentran los Chebabs de Somalia y los Aqmi. Por su radicalización y sus acciones violentas favorecen la división religiosa engendrando un engranaje de violencias, de represalias y de represión.
Las potencias exteriores son igualmente actores determinantes. Principalmente los Estados Unidos a los que Nigeria abastece más del 40% de petróleo bruto. China e India buscan hacer valer sus intereses en la zona. Tratándose de potencias petroleras árabes de Irán, estas se apoyan en los Estados musulmanes del Norte o los movimientos que se despliegan. Finalmente, las potencias occidentales y emergentes se esfuerzan en proporcionar seguridad en la zona Norte amenazada por las redes de radicales en las zonas de producción y de transporte petrolero del Sur.
Hoy en día, la estructura federal de Nigeria, el poder de los grandes comerciantes del Norte y la memoria de Biafra hacen muy poco probable el posible proceso de separación Norte-Sur, bajo el modelo de Sudán. De la misma manera, una extensión del conflicto religioso no es factible pues el Norte perdería. Sin embargo, la cuestión de la legitimidad del poder actual se ha impuesto. Las violencias conducirán a nuevos compromisos en cuanto a la 1). Redistribución del a renta petrolera, a la 2). Radicalización de la corrupción y a las 3). Negociaciones con los diferentes protagonistas políticos, sindicales, religiosos? A contrario, el regreso de la armada jacobina es en su mayoría laica es fuertemente posible si la violencia llegara a extenderse?
Draper Michael I. , Shadows: Airlift and Airwar in Biafra and Nigeria, 1967-1970, Hikoki Publications, 2006.
Tai Ejibunu Hassam, “Nigeria’s Delta Crisis: Root causes and Peacelessness”, EPU, research paper, Issue 07/07;
Perouse de MonclosAntoine, “Le Nigeria entre deux eaux”, Ramses, 2011.