PAC 7 – Un miedo mundializado La lucha transnacional contra la gripe A (H1N1)

Por Simon Uzenat

Traducción: María Elisa Alonso

Passage au crible n°7

La OMS (La Organización Mundial de la Salud) calcula actualmente, cerca de 8000 muertos – de los cuales 650 en Europa – a causa de la gripe A (H1N1). Por su parte, Francia ha registrado únicamente en el período del 16 al 22 de noviembre del 2009, 730 000 consultas, es decir, un aumento del 72% con respecto a la semana anterior. Enfermedad respiratoria aguda, la gripe A (H1N1) es diferente de la simple gripe de temporada. Con síntomas similares a los de esta última, sus síntomas son tratados – para los casos más graves – con medicamentos antivirales como el tameflu. Este nuevo virus, que contiene genes de origen porcino, aviar o humano, se transmite a través de la tos, los estornudos y la saliva. Extremamente contagiosa, esta afección permanece a menudo benigna, pero su transmisión se acelera considerablemente en todo el mundo.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

La epidemia se inició en México en la primavera del 2009, suscitando inmediatamente la alarma, avivada por el recuerdo de varios precedentes muy presentes en la memoria colectiva. Recordemos en primer lugar que la gripe española mató en 1918 varias decenas de millones de personas, en una época en la que los desplazamientos de la población eran, sin embargo, menos frecuentes que actualmente. Destaquemos depués, las alertas mundiales provocadas por el SRAS en 2003 y la gripe aviar desde 2004. Además, mientras que algunos países carecen de vacunas, el virus sufre mutaciones génicas, lo que acentúa las tensiones políticas, las presiones sociales y los conflictos científicos. Por último, la decisión de la OMS de pasar el 11 de junio del 2009 al nivel de alerta 6- límite máximo correspondiente al umbral de la pandemia- ha reforzado aun más este clima de preocupación, incluso de pánico.

Marco teórico

La estrategia internacional de lucha contra la primera pandemia del siglo XXI, concierne dos dialécticas interdependientes que subrayan “la inmensa dificultad del Estado-nación para predecir, organizar y controlar el riesgo”, retomando las palabras del sociólogo alemán, Ulrich Beck.

1. La salud como bien público mundial. El proceso de mundialización de la economía de mercado lleva a reflexionar sobre el nivel y las condiciones de implementación de las políticas sanitarias. De hecho, la implicación de un número cada vez más importante y diversificado de actores que intervienen a escala internacional, exige una aproximación global de los intereses, hasta ahora circunscritos al plano nacional.
2. La seguridad humana. Esta noción hace referencia a los derechos humanos, principalmente al derecho a vivir en un entorno sanitario protegido. Esto implica un cuestionamiento de la territorialización de la soberanía, favoreciendo una doble extralimitación de la escena estatal: a) por lo alto, con la necesidad de proteger los grandes equilibrios globales, que exigen una gobernanza mundial todavía en construcción; b) por lo bajo, con una atención centrada en los individuos más que en los Estados. Hoy en día, la legitimidad de la seguridad humana se hace evidente en el fortalecimiento de las normas jurídicas y la capacidad de hacerlas respetar. Es en este marco en el que debe abordarse el papel jugado por la OMS, pero también el de las comunidades epistémicas y las redes de facultativos más o menos institucionalizadas.

Análisis

Esta epidemia es consecuencia del proceso de mundialización por la intensificación de la movilidad, la aceleración de los intercambios y la modernización de los medios de comunicación. De este modo, Marc Barthélemy, investigador del Comisariado de Energía Atómica (CEA), estima que el transporte aéreo dicta el ritmo de la propagación de la enfermedad. De forma más general, el fenómeno de metropolización acelera la propagación de las enfermedades infecciosas. Desde luego, estas últimas pueden surgir en las zonas rurales, pero las zonas urbanas siguen siendo cruciales para su diseminación y su transformación en epidemia, incluso en pandemia, como se ha comprobado en México. En efecto, en esta megalópolis, se han observado numerosos factores acumulativos, como la importación masiva de productos, la presencia de una población muy móvil, la existencia de villas de chabolas, con minorías que no comprenden los mensajes sanitarios y, un número elevado de no residentes en circulación.

En cuanto a la crisis financiera que ha debilitado indistintamente los medios de prevención, ésta nos induce a interrogarnos sobre la racionalidad estatal. Bernard Vallat, director general de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE), ha advertido a este respecto, una reducción en los presupuestos públicos destinados a la salud animal, mientras que al mismo tiempo, las sumas invertidas en favor de una vigilancia eficaz permanecen insignificantes respecto a las que reclama la gestión tardía de las crisis sanitarias.

La pandemia gripal pone también en evidencia y afirma las disparidades internacionales en términos de desarrollo. Reactiva por ejemplo, ciertas creencias ancestrales ancladas en las culturas nacionales de los países en desarrollo: en China, el precio del diente de ajo – planta reputada por prevenir la gripe A – se ha multiplicado por quince desde marzo, convirtiéndose de golpe en el blanco de los especuladores. En lo que respecta al debate sobre el interés de la vacunación, éste concierne sobre todo a los países desarrollados. En estos últimos, la buena cobertura sanitaria de la población- institucionalizada y financiada por las autoridades públicas- influye en efecto, en la reducción de la percepción social del riesgo. Consciente de estas diferencias, la OMS moviliza un repertorio de acción principalmente simbólico, materializado en la revisión en 2005 del Reglamento sanitario internacional, un dispositivo normativo que define las responsabilidades y obligaciones de los Estados. En cuanto a las firmas farmacéuticas, la activación del nivel máximo de alerta ha obligado a un gran número de ellas, como Sanofi Pasteur y GlaxoSmithKline (GSK), a comprometerse respectivamente, a donar entre 100 y 50 millones de dosis de vacunas para los países pobres. Por otro lado, dentro de esta lógica, nueve países – entre los que están Estados Unidos, Francia y Reino Unido – han puesto 10% de su stock de vacunas a disposición de la OMS.

Por último, la gripe A favorece las reconfiguraciones estratégicas y las transferencias parciales de autoridad del sector público hacia el sector privado. A propósito de esta cuestión, la rápida elaboración de vacunas a partir de prototipos fabricados contra el virus de la gripe aviar (H5N1), constituye la principal apuesta. Con respecto a este tema hay que recordar, que Francia ha encargado para ella sola, 100 millones de dosis, por un total aproximado de mil millones de euros. Hay que señalar que en un primer momento, sólo se pusieron en práctica procedimientos acelerados – en Estados Unidos, así como en la Unión Europea – con el fin de acordar en el plazo más breve posible, las autorizaciones a las vacunas que cumplían los criterios de eficacia y seguridad. Teniendo en cuenta la demanda, estimada a varios centenares de millones de dosis, los industriales, excepcionalmente, comenzaron a producir lotes de la vacuna, sin esperar el permiso de las autoridades reguladoras. En segundo lugar hay que destacar, cómo se refuerza a partir de ahora la competencia internacional en el sector médico, entre las empresas de los países desarrollados y las de los países emergentes. De este modo, la India se ha convertido en poco tiempo en el primer productor mundial de vacunas. En cuanto a los laboratorios chinos, éstos han puesto a punto en un tiempo record, las primeras vacunas contra la gripe. Las más mínimas exigencias anunciadas por las autoridades sanitarias, favorecen aquí antes que nada, un objetivo nacional: corresponde al Estado chino la rápida protección de más de mil millones de individuos; más aun cuando la OMS ya ha prevenido que no habría suficientes vacunas para toda la población mundial.

Referencias

Beck Ulrich, La Société du risque. Sur la voie d’une autre modernité, trad., Paris, Éditions du Rocher, 2005.
Chiffoleau Sylvia, “Santé et inégalités Nord/Sud : la quête d’un bien public équitablement mondial”, in : François Constantin (Éd.), Les Biens publics mondiaux. Un mythe légitimateur pour l’action collective ?, Paris, L’Harmattan, 2002 pp.245-268.
Gabas Jean-Jacques, Hugon Philippe (Éds.), Biens publics à l’échelle mondiale, Paris, Colophon, 2001.
Kaul Inge, Grunberg Isabelle, Stern Marc A. (Eds.), Global Public Goods, International Cooperation in the 21st Century, New York, Oxford, Oxford University Press, 1999.

PAC 6 – El trabajo de los niños, una violencia Norte-Sur Aniversario 20 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño

Por Josepha Laroche

Traducción : Daniel Del Castillo

Passage au crible n°6

EnfantsSource: YouTube

La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño fue adoptada el 20 de noviembre de 1989, y desde entonces, a sido ratificada por todos los países del mundo, excepto por Estados Unidos y Somalia. Este texto reconoce “el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o comprometer su educación o perjudicar su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social” (Artículo 31). Pero, en el 2009, a un millón de niños les maltrataron diariamente sus derechos más elementales, mientras que más de un millón aún hoy en día son víctimas del tráfico. Entre las diferentes formas de violencia, examinemos aquellas que corresponden al trabajo al que son obligados los niños, principalmente en los PED (Países En Desarrollo). En su reporte de 2004, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) estima que en efecto en el mundo hay actualmente más de 360 millones de niños entre los 5 y 17 años que trabajan, a razón de 1 niño de cada 4.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

No se trata de un fenómeno nuevo relacionado con el proceso de globalización. En Occidente, los niños han trabajado desde la Edad Media, participando de esta manera en la economía doméstica. Fuera del círculo familiar, los niños eran objeto de contratos de alquiler, ofreciendo de hecho una mano de obra dócil, poco costosa, incluso gratuita. Luego la Revolución Industrial marcó un cambio histórico ya que los niños intervinieron igualmente en las minas, fábricas de hilado, fábricas metalúrgicas y grandes manufacturas. Pero la prioridad siempre fue la misma: ajustar y reducir los costos, mientras que se disponía de trabajadores particularmente vulnerables y sumisos. Hubo que esperar hasta el final del siglo XIX para que los países desarrollados, – gracias sobre todo a la escolarización obligatoria – se encaminaran hacia una reglamentación y después una abolición del trabajo infantil.

Sobre el plano mundial, la OIT – que comprende 181 Estados miembros – estableció que 15 años es la edad mínima de admisión laboral. En 1976, esta institución adoptó un tratado específicamente dedicado al trabajo infantil: la Convención 138. Ésta última prohíbe el trabajo antes de la terminación de la escolaridad obligatoria en cada país, y en todo caso antes de los 15 años. Sobre todo, la Convención prohíbe formalmente toda actividad susceptible de poner en riesgo “la salud, seguridad o integridad moral” de los jóvenes menores de 18 años. Pero este texto no fue ratificado sino por 150 países incluso si en 1992, la OIT se dotó del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), financiado por ciertos países desarrollados.

Marco teórico

Dos lógicas interdependientes están en obra:

1. El aumento de la desigualdad Norte-Sur. Esta explotación se debe a la miseria socio- económica y a la deficiencia de los sistemas educativos existentes en los llamados países del Sur. Si los países industrializados acusan generalmente a los países en desarrollo de dumping social, éstos últimos consideran en cambio que la imposición de normas occidentales – como la interdicción del trabajo infantil- representa de hecho una forma oculta de proteccionismo cuya sola finalidad pretende prohibirles ser competitivos en los mercados globalizados; los productores occidentales quedando de esta manera indirectamente protegidos, por lo que es denunciado como la ideología de los Derechos Humanos. En este caso, los PED estigmatizan la norma calificándola de “ofensiva desleal” destinada a echarles a perder una ventaja comparativa.
2. La activación mundial de los actores no-estatales. Las organizaciones interestatales (la misma ONU o algunas de sus instituciones especializadas como la OIT o UNICEF), ONG transnacionales, organizaciones de ciudadanos y/o consumidores participan -a través de sus incesantes interacciones y de las configuraciones que componen – en la modificación de las políticas de los Estados y de las compañías sobre esta materia.

Análisis

Los años 80 estuvieron marcados por una sensibilización de las sociedades civiles frente al trabajo infantil y la explotación de esta mano de obra. Desde entonces, organizaciones formadas por miles de ONG humanitarias, sindicatos, organizaciones de consumidores, se activaron y se responsabilizaron de las acciones de campo. Por su parte, UNICEF apoya las acciones más innovadoras, como en Filipinas, Camboya o Colombia. Otros lanzaron campañas de sensibilización conjuntamente con ciertas organizaciones internacionales -el FMI, Banco Mundial, OIT- y los gobiernos, ejerciendo así una presión constante sobre los responsables de la economía.

De esta manera, se establecieron códigos de conducta, después de las campañas públicas iniciadas por ejemplo por OXFAM o la European Fair Trade Association. Muchas empresas comprendieron entonces la necesidad – y sobre todo el interés económico en términos de imagen y de política comercial – de adoptar cartas magnas donde se comprometían a respetar los Derechos del Niño en sus procesos productivos, y aceptaban además el principio de las inspecciones independientes. Hasta el día de hoy, aún existen varios centenares de estos acuerdos, cuya mitad menciona explícitamente el trabajo de los niños, de todas las categorías sociales. Pero su aprobación no garantiza sin embargo su aplicación efectiva: puede manifestarse como una simple presunción; pese a que ningún operador económico ignora hoy en día que 250 millones de niños trabajan en condiciones inhumanas, particularmente con los subcontratistas. Esto permite sobre todo esclarecer las verdaderas condiciones de producción, que habían permanecido ocultas hasta ahora. Más aún, orienta a los consumidores a preguntarse sobre las razones por las cuales ciertos productos manufacturados provenientes de los PED, registran precios irregularmente bajos. Es la razón por la cual ciertos consumidores labraron una ética del consumo y crearon circuitos alternativos de fabricación y consumo éticamente correctos, es decir que corresponden a condiciones de respeto de los Derechos Humanos, y a fortiriori los Derechos del Niño. El Comercio justo – Fair Trade – busca sostener el desarrollo en los países del Sur, especialmente a través de la instalación de sellos sociales, como Ética sobre las etiquetas, Rugmark, o también Step, creado en 1995 por Caritas Swissair.

En cuánto a las campañas de boicot, éstas resaltan el debate existente entre los abolicionistas y los no abolicionistas. Sostenidas por ONGs de consumidores, como la National Consumers League o también la organización Child Labor Coalition, las campañas condujeron a la vigilancia internacional de ciertas firmas como Nike, Gap o Disney. Dicha estrategia está caracterizada por tener indudablemente efectos positivos. No obstante, también puede ocasionar efectos perversos – desempleo, prostitución – y trasladar simplemente el problema; los niños se dirigen entonces hacia otros empleadores, ocultos y más terribles. Estos movimientos son entonces de doble filo. Efectivamente, dan un golpe de amonestación y modifican frecuentemente la estrategia de producción de las firmas transnacionales, muy sensibles al estado de la opinión pública y la escucha de los consumidores. Aunque no sabrían, por sí mismos, regular las desigualdades de desarrollo y los contrastes sociales existentes al interior mismo de los PED.

Referencias

Fombrun Charles, Reputation: Realizing Value from the Corporate Image, Cambridge, Harvard University Press, 1996. Hirschman Albert, L ́Économie comme science morale et politique, Trad., París, Seuil, 1974.
Landrai Ndembi Denise, Le Travail des enfants en Afrique subsaharienne, París, L ́Harmattan, 2006.
Manier Bénédicte, Le Travail des enfants, Nueva Ed., París, La Découverte, 2003. Coll. Repères (265).
Winston Morton, “NGO Strategies from Promoting Social Responsability”, Ethics and International Affairs, 16 (1), 2002, Págs. 71-88.
El trabajo infantil Página 2 Versión en español

PAC 5 – Poder digital, dominación simbólica Google y la comercialización de obras digitales

Por Alexandre Bohas

Traducción : Daniel Del Castillo

Passage au crible n°5

Fundada en Mountain View, California, la firma Google impuso en algunos años la supremacía de su motor de búsqueda en Internet. Hace cinco años, lanzó la digitalización masiva de obras literarias y, en octubre de 2009, anunció que se disponía a su comercialización con el apoyo de 30.000 editores.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

En diciembre de 2004, el lanzamiento de Google Edition desencadenó muchas controversias en los medios internacionales de la cultura. Con la colaboración de universidades occidentales, la empresa digitalizó a todos los niveles, nada menos que 10 millones de volúmenes, de los que únicamente 1,8 millones conciernen al dominio público. Este enfoque mercantil de la propiedad intelectual provocó fuertes oposiciones en Estados Unidos, Europa y China.

Marco teórico

Google Edition suscitó numerosas dudas en cuanto a la comercialización, la monopolización y la jerarquización de obras literarias que forman parte de la categoría de lo que se acordó en llamar Bienes Públicos Mundiales. Integrada al núcleo de la “estructura de saberes” – para retomar el concepto de Susan Strange -, la actividad de este actor no-estatal se refiere a los vectores y los procesos de obtención de conocimientos, que orientan continuamente las preferencias, impresiones, opiniones y comportamientos colectivos. De tal manera que toda influencia potencial sobre este principio es de interés fundamental para la estructura del medio internacional, así como los asuntos de seguridad o de producción. Ahora bien, en materia de literatura virtual, de ahora en adelante Google realiza una intervención sin comparación. Además, controlando los medios de difusión de la literatura, la sociedad californiana contribuye al bienestar de la preponderancia norteamericana.

Esta asimetría levantó numerosas reacciones, agrupadas todas, principalmente, por el ex director de la Biblioteca Nacional de Francia, Jean-Noël Jeanneney. Todas apelan a favor de la diversidad cultural, principio que ya fue aplicado durante las negociaciones sobre el libre comercio que rige el sector cinematográfico. Los partidarios del pluralismo cultural estiman que – al igual que las películas – los libros no deben estar sometidos a las leyes del mercado. En efecto, en su opinión, los libros no son mercancías como las otras. Al contrario, estos bienes culturales deberían ser objeto de un régimen derogatorio del derecho común, que permita la protección de los menos competitivos.

Análisis

Representando aproximadamente 2 millones de libros, esta oferta, competidora de la edición tradicional, pone en duda la autonomía cultural de los Estados. Es la prueba, además, del adelanto tecnológico y del poder financiero de Google.

Deseando mantenerse a la cabeza de los motores de búsqueda, la compañía puso al mundo de las letras frente al hecho consumado de proponer extractos de libros en libre acceso. A pesar de aceptar retirar las referencias a petición, Google obtuvo – al término de largas negociaciones llevadas a cabo con los representantes del sector – la comercialización de varios millones de obras que se encuentran aún regidas por los derechos de autor. Por lo tanto, cualquier lector podrá adquirir próximamente una licencia, cuyos ingresos serán repartidos en 37% para Google y 63% para los derecho-habientes.

En su calidad de first-mover, la compañía fue la primera en constituir un bloque clave, susceptible de disuadir a posibles competidores – como Microsoft – de lanzarse a esta nueva parcela de mercado. Más aún cuando, este improbable competidor, deberá obtener en el futuro la aprobación de cada parte para proceder a la digitalización, como lo decidió el Tribunal norteamericano del Distrito Sur de Nueva York en su fallo del 28 de octubre de 2009. En el extranjero, ciertas casas de edición que desean beneficiarse de una mayor visibilidad en Internet – como Vrin o el Harmattan en Francia – ya aceptaron figurar en este dispositivo con amplios fragmentos de sus colecciones.

Google se volvió ineludible en la red, compitiendo con Amazon, primer editor digital. Apropiándose pura y simplemente de las obras maestras de la literatura mundial, Google constituyó rápidamente una biblioteca virtual. Tanto como para afirmar que gracias a inversiones colosales y a una penetración agresiva de los medios literarios, esta compañía alcanzó una lugar central a nivel mundial. Éste último le garantiza las frecuentes visitas de numerosos lectores, al mismo tiempo que le asegura segmentos publicitarios que le atribuyen ingresos adicionales a las sumas de dinero recibidas por las futuras licencias. Señalemos sin embargo, que esta librería se presenta más cómo un inmenso laberinto de hojas escaneadas y ordenadas según una lógica mercantilista, que cómo un conjunto de conocimientos organizados en función de principios cognitivos y didácticos.

En cambio, las empresas de digitalización alternativas – que disponen de medios modestos – están limitadas a buscar en Google un apoyo tecnológico y financiero. En cuánto a los proyectos Europeana y Gallica, que agrupan un total de 4 millones de documentos en 26 idiomas, han quedado hoy en día en estado de simples prototipos. Todo esto reitera la vulnerabilidad de los actores de la diversidad cultural en este campo. En efecto, a pesar de que los europeos se pusieron de acuerdo sobre la necesidad de constituir un patrimonio digital cuyo funcionamiento fuera independiente, actualmente se enfrentan a un dilema a causa de su falta de reacción: ya sea porque estén condenados al margen de la red o porque han de someterse a las leyes comerciales impuestas por Google. De otro modo, Google Edition no representa solamente una ofensiva lograda por un operador privado con actividad transnacional, sino que constituye también uno de los vectores del predominio norteamericano.

Recordemos sobre todo que, con la elección de determinadas obras, Google no solo moldea progresivamente el acto mismo de la lectura, sino también el conocimiento práctico del lector. La comercialización de los contenidos, que Google ofrece en varios soportes, participa por ejemplo en la transformación misma de la lectura, volviéndola más fragmentada, parcial e intermitente. Además, como las operaciones de digitalización están reglamentadas y supervisadas por las universidades – sobre todo en Estados Unidos -, éstas favorecen también una visión del mundo bastante específica. Ésta última se hace evidente especialmente en la jerarquización de las referencias, su clasificación y orden de aparición. Pero también consagra más aún, el uso dominante del inglés, que ocupa la mitad de las referencias. Por último, en la medida que los algoritmos de Google reconocen preferiblemente el número de vínculos y el criterio de notoriedad, esta lógica tiene como efecto privilegiar sistemáticamente las primeras obras digitalizadas.

Se podría creer que el proceso de digitalización que está en curso, al cual se dedica Google, consiste únicamente en una modernización de las maneras de procesar la información. Pero, de hecho, este poderío digital consolida en primer lugar la dominación simbólica de los Estados Unidos. En consecuencia, debemos entender que la nueva República Mundial de las Letras, que Robert Darnton ve manifestarse, será estructuralmente norteamericana, aunque esto disguste a los defensores de la decadencia de la superpotencia.

Referencias

Chartier Roger, “L ́avenir numérique du livre”, Le Monde, 26 Oct. De 2009, Pág. 20.
Darton Robert, “Google & the Future of Books”, The New York Review of Books, 12-20 Feb. 2009, pp. 9-11. Jeanneney Jean-Noël, Quand Google défie l ́Europe. Plaidoyer pour un sursaut, 2da éd., París, Mille et une Nuit, 2006.
Mattelart Armand, Diversité culturelle et mondialisation, París, La Découverte, 2007. Col. Repères.
Strange Susan, States and Markets An Introduction to International Political Economy, 2da ed., Londres, Pinter, 1994.

PAC 4 – Una repartición mundial de la autoridad política Aniversario 20 de la caída del Muro de Berlín - 9 de noviembre de 1989 - 9 de noviembre de 2009.

Por Josepha Laroche

Traducción : Daniel Del Castillo

Passage au crible n°4

Mur de BerlinSource : Wikipedia

Alemania, Europa y cada uno de sus Estados miembros celebran, este 9 de noviembre de 2009, el aniversario 20 de la caída del Muro de Berlín. Este evento marcó simbólicamente el final de la Guerra Fría.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

Decidida por la RDA (República Democrática Alemana), la construcción del Muro de Berlín (12 al 13 de agosto de 1961) aspiraba dar un término definitivo a la emigración de sus nacionales hacia Alemania Occidental. Sus salidas masivas perjudicaban directamente la credibilidad incluso la viabilidad misma de Alemania del Este : en quince años, tres millones de alemanes emigraron del Este hacia el Oeste. Calificado de muro de la vergüenza por los occidentales, fue al contrario llamado muro de la paz por los comunistas. El presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, de viaje en Berlín-Oeste, el 25 de junio de 1963, insistió en aquella época en manifestar la solidaridad norteamericana hacia la población alemana, declarando con mucho énfasis: “Ich bin ein Berliner”.

Desde el verano de 1989, el éxodo de los alemanes del Este, que atravesaban Hungría para llegar al territorio de la RFA (República Federal de Alemania), marcó una etapa decisiva. El 9 de noviembre de 1989, el Muro y la frontera inter-alemana fueron entreabiertos gracias a una decisión del gobierno Este-alemán. En un principio, tanto el proyecto Modrow de Comunidad Contractual, como el de Estructuras Confederativas del canciller de Alemania federal, Helmut Kohl, tuvieron como objetivo a largo plazo, la reunificación de Alemania. Sin embargo, la victoria electoral conseguida en RDA, el 18 de marzo de 1990, por los partidarios de una integración rápida a la RFA, transformó el esquema de evolución. Ésta marcó un cambio radical que consolidó la desaparición de la RDA. Esta elección adquirió el valor de un plebiscito y fue rápidamente evidente que la Alemania unida se formaría a partir de la adhesión de la RDA a la RFA, y no por una fusión del Este con el Oeste. Este proceso fue ratificado por los dos tratados inter-alemanes del 18 de mayo y del 31 de agosto de 1990, el primero se refiere a la unión monetaria, económica y social, el segundo trata de la unidad alemana.

Fue el artículo 23 de la Ley Fundamental de la República Federal (1949) el que finalmente constituyó el instrumento jurídico de la reunificación. Ofrecía el beneficio político de una solución ya que preveía que las disposiciones de esta legislación se extendiesen igualmente a la parte oriental de Alemania después de su anexión. Además, esta opción no involucraba los compromisos internacionales de Alemania Occidental y no debilitaba su posición en la armonía de los Estados.

Marco teórico

La caída del Muro de Berlín resalta dos cuestiones fundamentales:

1. El final de la bipolaridad mundial. Durante muchas décadas, la bipolaridad mundial se caracterizó por la supremacía de los Estados Unidos y de la URSS, dos unidades diplomático-estratégicas detrás de las cuales se organizaron todas las otras. Desde el final de la guerra, esta configuración interestatal suscitó una buena cantidad de modelizaciones en las obras de los teóricos de las Relaciones Internacionales. Entre ellos, mencionemos principalmente a Hans J. Morgenthau, el fundador de la escuela realista, que analizó la política de los bloques en su obra canónica, Politics Among Nations (1948). Citemos también al teórico realista Raymond Aron que, en Paz y Guerra entre las Naciones (1962), reinterpretó la obra de Tucídides La Guerra del Peloponeso, para entender mejor el famoso “condominio americano-soviético” y caracterizar la bipolaridad mundial por la célebre fórmula: “guerra imposible, paz improbable”. En 1979, el neo-realista Kenneth Waltz, consagró igualmente largos desarrollos a esta configuración. De esta manera, en Theory of International Politics, insistió que ésta procuraba mayores beneficios, en términos de : 1) estabilidad, previsibilidad y equilibrio del sistema internacional, 2) reducción de las interdependencias, tanto económica como diplomático-estratégica, 3) protección de la paz mundial. Desde este punto de vista, Waltz se complacía resumiendo su tesis en la siguiente broma: “smaller is better […] two is best of all, Más pequeño es mejor, dos es mejor que todo”.

Sin embargo, este principio de regulación internacional instaurado al finalizar la Segunda Guerra Mundial el equilibrio del terror entre los dos bloques desaparece con el Muro. Desde entonces, ¿cómo se estructuran las Relaciones Internacionales? Después de la transformación histórica del año 1989, la reflexión de los teóricos pero también aquella de los políticos se centró principalmente sobre esta cuestión. ¿El sistema internacional adoptaría la forma multipolar, la repartición del poder entre diferentes polos o al contrario la forma de la hegemonía total de la superpotencia norteamericana? ¿La arena mundial estaría gobernada por el excepcionalismo de los Estados Unidos o sería labrada por un multilateralismo emergente? Por su parte, los teóricos transnacionales insistieron más bien en el peso determinante de los actores no-estatales y en el estudio indispensable de los flujos que superan los marcos estatal-nacionales.

2. La reunificación de Alemania plantea, en términos innovadores, el tema de la integración europea. Modificando los equilibrios internos, propios del conjunto comunitario, la reunificación nos incita a pensar en la capacidad de la Unión Europea para poner en obra una política exterior bien establecida, susceptible de modificar la situación mundial.

Análisis

La caída del Muro de Berlín ilustra de manera ejemplar una repartición mundial de la autoridad política, efectuada tanto por las altas instancias como por la base social.

Desde las altas instancias (macro). La Unión Soviética y las autoridades comunistas de la RDA permitieron que miles de berlineses atravesaran el Muro sin derramamiento de sangre para escaparse al Oeste. Al hacer esto, reconocieron simbólicamente su derrota en el combate ideológico, económico y político que los había enfrentado al bloque occidental, durante los decenios anteriores. De hecho, tolerando esta transferencia masiva de población, permitieron de manera implícita una transferencia irreversible de autoridad, a beneficio de la RFA únicamente. Más allá del triunfo de este Estado, reconocieron además el triunfo del bloque occidental en su totalidad.

Desde la base social (micro). Los miles de alemanes del Este que pasaron al Oeste ilustran de maravilla el impacto de las famosas “fuerzas subyacentes”, analizado por el politólogo norteamericano James Rosenau. En este caso, esta expresión designa movimientos sociales, capaces de iniciar y de verse beneficiados por una re-atribución de la autoridad política a nivel mundial. Este cambio radical internacional en 1989 y aquellos que siguieron posteriormente la implosión de la Unión Soviética, la desaparición del CAME o Comecon (Consejo de Ayuda Mutua Económica) o incluso aquella del Pacto de Varsovia insisten en efecto sobre la habilidad de los Sovereignty Free Actors (actores libres de soberanía), para imponerse sobre la arena internacional exigiendo finalmente que los Estados cedan con ellos.

La caída del Muro de Berlín es entonces una nueva distribución del poder que se esboza a escala internacional. Si duda alguna, testifica de una reorganización del orden interestatal y jerárquico, pero también demuestra una nueva dinámica relacional, establecida entre las colectividades dirigentes y los ciudadanos. Desde ahora, habrá que contar con este mixing micro-macro y los nuevos criterios de legitimidad que éste implica.

Referencias

Aron Raymond, Paz y Guerra entre las Naciones, [1962], 8va ed., París, Calmann-Lévy, 1984.
Morgenthau, Hans J., Politics Among Nations, [1948], 6ta ed., New York, McGraw-Hill, 1985.
Rosenau James, Turbulence in World Politics, a Theory of Change and Continuity, New York, Harvester, 1990.
Taylor Frederick, Le Mur de Berlin, trad., París, Jean-Claude Lattès, 2009.
Waltz Kenneth, Theory of International Politics, New York, McGraw-Hill, 1979.

PAC 3 – ¿La seguridad es un bien comercial? Cumbre de la International Peace Operation Association, Washington, 25-27 octubre 2009

Por Jean-Jacques Roche

Traducción : Maria Elisa Alonso

Passage au crible n°3

La cumbre anual de la International Peace Operation Association (IPOA) reunió en Washington del 25 al 27 del pasado octubre más de 400 participantes en torno al tema del apoyo del sector privado en las operaciones de estabilización regional en Afganistan. En esta ocasión, se trataba también de difundir la imagen de un consorcio que reune actualmente 72 SMP (Sociedades Militares Privadas) y de destacar su implicación en el dispositivo de la Alianza Atlántica puesto en marcha en Afganistán.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

Fundada en 2001, la IPOA se situó en el primer plano de la actualidad en el 2003, cuando Kofi Annan amenazó con recurrir a sus servicios si las potencias occidentales ne se comprometían en el Congo. Desde entonces, los conflictos en Irak y en Afganistan se han convertido en una fuente de expansión contínua para las SMP. Según los datos publicados por el Congreso Americano en 2008, los Etados Unidos habrían invertido en el sector, 89 mil millones de dólares entre 2003 et 2007 únicamente para la escena irakí (de los que 22 mil millones han sido destinados a logística y entre 6 y 10 estrictamente a operaciones de seguridad). De este modo, la sociedad Blackwater (actualmente rebautizada XE) ha recibido 832 millones de dólares entre 2003 y 2007 únicamente para asegurar la protección de diplomáticos americanos. Una inversión a priori rentable, porque sólo un diplomático ha sido asesinado desde el principio de la invasión. Con un número de entre 25 a 30.000 hombres desplegados en el país, el contingente de las MO representaba durante esta período la segunda fuerza presente en el territorio. Se podría pensar que esta elección de la administración Bush sería cuestionada por el nuevo presidente. En efecto, la intención anunciada por Barak Obama, de acelerar la retirada americana, así como su voluntad de intensificar la lucha contra los talibanes gracias al envío de 10.000 hombres adicionales a Afganistán, ha representado, sin embargo, una formidable bocanada de aire fresco para estas empresas. Parece evidente que al último Premio Nobel de la Paz no le preocupa mucho lo que concierne a la seguridad privada. Entre enero y junio del 2009, la retirada de Irak y las necesidades del repentino aumento en Afganistán ¿no se han traducido en un incremento del 20% del personal civil armado empleado por el Departamento de Defensa, es decir 13.232 hombres para Irak y 5198 para Afganistán (cifras suministradas el 30 de junio del 2009 por el US Central)? A partir de ese momento, un total de 24.500 empleados armados sustituirían en la escena afgana a los SMP relevados.

Las conciencias más críticas podrán argumentar que esta inclinación americana a exteriorizar el aumento del número de funcionarios militares, no es compartida por sus aliados de la coalición, empezando por Francia. Una vez más, el sentido común se equivoca, porque el Ministerio de Defensa francés está a punto de otorgar a los técnicos de la DCNS el status de militar del que ya beneficia – desde el 6 de octubre del 2009 – el personal de Dassault et de Thalès presente en la escena internacional. La razón de esta súbita generosidad del Estado, parece clara. Se trata simplemente de evitar que estas personas sean consideradas como parte implicada en los conflictos llevados a cabo por los gobiernos para los que conservan el material, como ocurrió en Karachi en mayo del 2002. La ley del 14 de abril del 2003, prohibiendo la actividad de los mercenarios, ya había sido objeto de una interpretación extensiva durante el pasado otoño, cuando se decretó que en el texto nada impedía al ejército francés recurrir a los servicios de SMP francesas. Profundizando más, de ahora en adelante en la lógica de las Cooperaciones Público- privadas (CPP), este nuevo status de los técnicos de la industria armamentística, debería permitirles beneficiarse del status de ex combatiente, al mismo tiempo que pueden proporcionar a sus empresas una cobertura comparable a la de sus competidores anglosajones. Como señalaba Philippe Chapleau en el Ouest-France del 17 y 18 de octubre del 2009, se puede considerar que una sociedad especializada en la seguridad marítima pueda participar en la lucha anti-piratería a lo largo de Somalia.

Marco teórico

Si la seguridad no es ni un bien púbico, ni un bien completamente comercial ¿no sería mejor que los economistas inventasen una categoría de bienes intermediarios para denominarlos? Desde un punto de vista teórico, este debate debería constituir una ventaja, al plantear bajo un enfoque original el recurrente debate sobre el declive del Estado. Paradójicamente, constatamos que la escuela realista ha sido la que ha ido más lejos en el análisis de las consecuencias de un rompimiento de un compromiso del poder público. Para este enfoque, llamado estadocéntrico, la delegación de la ejecución de las misiones de seguridad no perjudicaría el monopolio de la decisión y un poder público renovado debería reinventar sus poderes de arbitraje respecto a los actores privados cuya emancipación queda garantizada por la tutela pública. Por el contrario, a los enfoques más liberales, en ocasiones, les cuesta admitir que el Estado pueda renunciar a su monopolio en materia de seguridad. De este modo, no es asombroso ver a un autor transnacionalista, como Susan Strange, olvidar la cuestion de la seguridad en su análisis sobre la Retirada del Estado (Retrait de l’État).

Análisis

Ya ha llegado el momento de analizar la privatización de la seguridad al abrigo de un referente modernizado en el que el Estado dejaría de ser omnipotente y condescendiente. En este caso, es lamentable que decisiones de esta embergadura puedan ser tomadas a escondidas. Las actividades de l’IPOA permiten, por lo menos, evitar estos ardides. ¿Hasta dónde se puede llegar en la exteriorización de las misiones de seguridad? ¿En qué medida la privatización de la seguridad constituye el corolario de la profesionalización del ejército? ¿A partir de qué momento se cuestionará el monopolio de la violencia física legítima atribuída al poder público? ¿La seguridad es un bien comercial o un bien público? Estas cuestiones no conciernen lo accesorio, y es justamente porque tratan sobre la esencia misma del Pacto social por lo que deberían ser objeto de un debate abierto. Seguir refiriéndose al modelo tipo ideal de un Estado poseedor del monopolio de la violencia física legítima aparece aún más problemático porque el mismo Estado está en el origen del desmantelamiento de sus funciones de suministrador de prebendas.

Una de las características principales de este nuevo mercado de la seguridad consiste, en efecto, en enfrentar una oferta privada con una demanda pública. Confiando el cuidado de la Escuela militar a una empresa privada, ¿el Estado francés ofrece una imagen clara de sus responsabilidades? Aun más, considerando que la fuerza pública no podrá utilizarse para obligar a aplicar las decisiones de la justicia en el caso de desorden público ¿el Estado no es el primer actor en rechazar la idea de que la seguridad pueda ser un bien común? Si la seguridad de una minoría sólo puede asegurarse con el riesgo de perjudicar a la de la mayoría, entonces ésta no constituye un bien público y debe ser, por el contrario, considerada como un bien comercial.

Referencias

Chapleau Philippe, Sociétés militaires privées, Paris, Éditions du Rocher, 2005.
Roche Jean-Jacques (Éd.), Insécurité publique, sécurité privée ? Essais sur les nouveaux mercenaires, Paris, Economica, 2005,
Roche Jean-Jacques, Contractors, mode d’emploi, http://www.cedoc.defense.gouv.fr/Contractors-mode-d-emploi-par-Jean
Scahill Jérémy, Baker Chloé, Blackwater – L’Ascension de l’armée privée la plus puissante du monde, Acte Sud, 2008. De forma general, consultar http://www.privatemilitary.org