Jun 4, 2012 | Medio ambiente, Norte-Sur, Passage au crible (espagnol), Salud pública mundial
Por Armand Suicmez
Traducción: Ulises Aquino
Passage au crible n°67
Pixabay
El 4 de abril de 2012, Giovanni Conti, juez del Tribunal del Estado de Rio Grande do Sul condenó a Monsanto a suspender la recaudación de cuotas sobre los OGM de soja (Organismos Genéticamente Modificados). Esta decisión implica igualmente el reembolso de los costos de licencia, recibidos después de la campaña cultural 2003-2004, con motivo de una “violación de la ley brasileña sobre las variedades”. Una multa diaria de 400,000 euros la sancionará en caso de no respetar esta decisión.
Éste está lejos de ser un caso aislado. La multinacional ya ha conocido un contratiempo cuando fue desestimada por la CEJ (Corte Europea de Justicia) el 6 de julio del año pasado. Monsanto intentó entonces impedir las exportaciones de soja transgénica, de Argentina a los Países Bajos, por falta de pago. Esta situación muestra como la supremacía de la empresa se ha desmoronando.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Contexto histórico
Fundada en Estados Unidos en 1901 por John Francis Queeny, la firma Monsanto estuvo inicialmente especializada en la comercialización de productos químicos. Desde comienzos de los años ochenta, obtuvo las primeras plantas de invernadero modificadas tras numerosas investigaciones genéticas. En 2002, el conglomerado se convirtió en el líder mundial de la agricultura transgénica después de haber desarrollado sus ventas a nivel internacional.
La autorización de comercialización de la papa NewLeaf, del maíz YieldGard, de la canola y la soja Roundup Ready entre 1995 y 1996 diversificó las gamas y la oferta de nuevas opciones a la sociedad. En 2001, beneficiándose de la débil colecta de soja en Sudáfrica y de la producción de algodón en India, Monsanto se implanto definitivamente en esos países. Desde entonces, su avance en importantes Estados productores se mantiene regular y durable. Esta expansión está ligada a la venta de granos, y principalmente a las cuotas percibidas por la propiedad industrial que impiden, “por un lado de poder resembrar los años siguientes y, por otra parte, de donar o intercambiar sus semillas. Claramente, esas organizaciones de agricultores brasileños rechazan pagar estas cuotas, independientemente si las semillas son recolectadas, seleccionadas y replantadas”.
En Brasil (República Federal compuesta por 26 estados) la propiedad intelectual está regida por los artículos 10 y 18 de la ley 9279. La primera de ellas estipula que, están excluidas de esta definición “todo o parte de seres vivientes naturales y los materiales biológicos encontrados en la naturaleza, o incluso que se encuentren aislados, comprendiendo el genoma y el germoplasma de todo ser viviente natural y los procesos biológicos naturales”. El segundo obviado por Monsanto, que firma los acuerdos directamente con los negociadores, señala que “esos microorganismos, exceptuando todos o parte de las plantas o animales, presentan, por la intervención humana directa en su composición genética, una característica que, normalmente no es realizable por la especie en condiciones naturales”.
En 2009, la puesta en marcha de nuevas generaciones de plantas trajo consigo el aumento de la cuota de 48 euros/hectárea a 145 euros, bajo el argumento de rentabilidad. En este contexto, los trabajadores agrícolas de Rio Grande do Sul y las asociaciones de agricultores de Giruá y Arvorezinha a quienes se unieron los de Passo Fundo, Santiago y Sertão se quejaron por abuso. Monsanto respondió inmediatamente argumentando procedencia de este argumento “ya que sólo hay relaciones comerciales con los individuos”. La firma hizo entonces un llamado en la Corte Federal de Brasil que, si falla en favor de los demandantes, conferirá un valor nacional a su decisión.
Actualmente, el reembolso total de las cuotas desde 2003-2004 alcanza alrededor de 6,200 millones de euros redistribuidos a cinco millones de agricultores.
Marco teórico
Mantengamos dos líneas de análisis:
1. La patente como centro del sistema de beneficios. Aunque símbolo principalmente de la protección de la investigación, el principio de la propiedad intelectual (que permite prohibir a terceros, el derecho de explotar una inversión) sirve también a las firmas como freno en las negociaciones. Las compañías se benefician de la heterogeneidad de las normas que subsisten entre países (como en el caso de los OGM) para aumentar sus beneficios, cuando ellas no están en ocasiones ni siquiera más o menos directamente coludidas con los poderes públicos.
2. La contestación simbólica de las firmas monopólicas. Las estrategias predatorias de las empresas en posición monopólica, muestran frecuentemente la ineptitud de los Estados para arbitrar los litigios que estas entablan con sus clientes. Los procesos judiciales generalmente no representan que el resultado de campañas de shaming, dirigidas por actores transnacionales como las ONG por ejemplo.
Análisis
En un país donde 95% de la agricultura es transgénica, el monopolio práctico de Monsanto induce una dependencia de los productores brasileños, perpetuado por el pago de cuotas. Por esto, ya extensamente descreditada por el público y los medios por la ausencia de toda concurrencia sobre el mercado de OGM, la multinacional padece de una imagen simbólica fuertemente deteriorada.
El crecimiento orgánico del grupo industrial presenta la particularidad de estar fundado sobre la propiedad industrial que le sirve para imponer a los productores el pago de una renta. Por esto, la patente deviene un arma legal que asegura la rentabilidad. Contrariamente a la creencia popular, las lagunas del derecho comercial en materia de innovación no parecen constituir una debilidad, ellas permiten al contrario un mayor margen de maniobra a Monsanto en la puesta en marcha de su estrategia empresarial. Beneficiándose de esta asimetría, ella puede acumular beneficios regulares frente a los campesinos que se encuentran cada vez más aislados. Evitando la legislación para negociar directamente con los agricultores, Monsanto se beneficia de su majestuosidad en el sector de los OGM para imponer sus condiciones de explotación.
En este contexto, la demanda impuesta por las asociaciones de agricultores viene a contestar una relación que hasta hace dos años parecía natural. En efecto, las connivencias que la firma mantenía con los gobiernos incapaces de responder a la imprecisión de los marcos normativos, le ofrecían hasta entonces un vasto campo de acción en toda impunidad. Ahora bien, la concurrencia de actores fuera de la soberanía, tales como la nueva comunidad de negociadores-labradores y la colectividad territorial de Rio Grande do Sul, pone un fin a esta situación.
En materia de prospectiva, las recientes oposiciones a las prácticas de Monsanto han abierto una brecha en cuanto al reforzamiento de normas internacionales relativas a la propiedad industrial. Hasta ahora, iniciativas poco estrictas y no homogéneas, ya han sido propuestas por la OMC (Organización Mundial del Comercio), pero ellas siguen siendo embrionarias. Por otra parte, la implicación de tribunales nacionales indica una tentativa de reestatización de ciertos intercambios transnacionales.
Referencias
Info’OGM ; Brésil – La justice refuse à Monsanto le droit de prélever des royalties sur le soja OGM; http://www.infogm.org/spip.php?article5124 ; dernière consultation : 31/05/2012.
Sägesser Caroline, “Le dossier des OGM dans les instances internationales”, Courrier hebdomadaire du CRISP, (19), 2001, pp. 5-34.
Fok et al Michel, “ Un état de coexistence du soja transgénique et conventionnel au Paraná (Brésil) ”, Économie rurale, (320), juin 2010, pp. 53-68.
Laroche Josepha, La Brutalisation du monde, du retrait des États à la décivilisation, Montréal, Liber, 2012.
May 4, 2012 | Bienes públicos mundiales, Medio ambiente, Passage au crible (espagnol), Seguridad
Por Clément Paule
Traducción: Daniel Del Castillo
Passage au crible n°66
Source : Wikipedia
Desde hace poco más de un mes, el gigante petrolero Total trata de contener la fuga de gas que fue declarada el pasado 25 de marzo, en el pozo G4 de la Plataforma Elgin, en el Mar del Norte. Con este fin, la compañía lleva a cabo simultáneamente un procedimiento de dynamic kill – relleno por inyección de barro pesado – además de una solución a largo plazo, que se basa en dos excavaciones de urgencia. Tras evaluar las pérdidas diarias en más de 2,5 millones de dólares, la supermayor afirmó el 20 de abril que el volumen de emisión de gas, estimado en un principio en 200 000 metros cúbicos diarios, había sido dividido por tres. Según los responsables de la compañía, las consecuencias medioambientales serían incluso limitadas, información que fue confirmada en los análisis llevados a cabo por la marina escocesa, a principios de mayo. Este discurso tranquilizador fue sin embargo criticado por la OING (Organización Internacional No-Gubernamental) Greenpeace que, el 02 de abril, envió un barco para tomar unas muestras cerca al emplazamiento del siniestro. Más allá de su impacto inmediato en lo económico – los resultados de la empresa y el mercado del petróleo bruto del Yacimiento Forties – además del ecológico; esta crisis relanza la controversia sobre los riesgos internacionales relacionados con las plataformas offshore.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Contexto histórico
Durante las tres últimas décadas, la demanda de gas natural ha aumentado regularmente y la producción mundial ha sobrepasado el doble. En este sentido, la industria se estableció desde finales de los años sesenta en el Mar del Norte, principal reservorio de hidrocarburos de Europa Occidental. No obstante, la disminución de la extracción en esta zona – medida a 6% por año en promedio, el máximo fue alcanzado en el año 2000 – condujo a las compañías a desarrollar nuevas técnicas con el fin de extraer en yacimientos cada vez menos accesibles, en condiciones extremas de temperatura y presión. Al iniciar operaciones en 2001, la infraestructura de Elgin fue presentada como una vitrina de la innovación tecnológica, que ha ido un paso más allá en la explotación petrolífera en aguas profundas. En 2011, las inversiones realizadas solamente en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) británica ascendieron a 8,6 mil millones de euros.
Sin embargo, los avances tecnológicos no anulan el riesgo, como nos lo recuerda el desastre de la Plataforma Piper Alpha acontecido en julio de 1998. En lo que a esto concierne, la explosión seguida del incendio de esta Plataforma, operada por la Occidental Petroleum Corporation (Oxy), provocaron la muerte de 167 personas y varios miles de millones de dólares en daños. Citemos también las anomalías que fueron recientemente reveladas en el yacimiento de Gullfalks Center en noviembre de 2009 y mayo de 2010: el reporte de la agencia noruega Petroleum Safety Authority (PSA) recalcó entonces fallas en los procedimientos de seguridad. Según el ministerio británico Department of Energy and Climate Change (DECC), estos cuasi accidentes se producirían casi diariamente. En efecto, se censaron 69 fugas de hidrocarburos o productos químicos solamente durante el primer semestre del año 2012.
Siendo la tercera empresa que interviene en Mar del Norte – después de Shell y la BP, ex British Petroleum – Total detiene la mayor capitalización bursátil de la zona euro, con 93,2 mil millones de euros a finales de 2011. La participación del grupo en el yacimiento de Elgin-Franklin se eleva a 46,2% de estos dos campos petrolíferos, que proveen 2% – ya sea 53 000 barriles de crudo diarios – de su producción total. En cuanto a Greenpeace, asociación fundada en Canadá en 1971, ésta dispone de representaciones en unos cuarenta países: en 2010, esta red internacional ya contaba con cerca de tres millones de miembros – entre los cuales hay varios miles de asalariados y voluntarios – además de su presupuesto, basado exclusivamente en las cotizaciones de sus adherentes, que se eleva a 225 millones de euros. Si bien esta OING cuenta con una gran reputación por sus espectaculares intervenciones; el lobbying, los procedimientos judiciales y la experticia se encuentran a partir de ahora en el corazón del repertorio de acción de esta organización centralizada y profesional.
Marco teórico
1. La gestión privada de una crisis limitada. El escenario post-accidental es embestido por los actores privados, mientras que las autoridades británicas permanecen apartadas. Esta configuración favoreció la comunicación de Total, que se encuentra sin embargo compitiendo con el despliegue militante de Greenpeace.
2. Una regulación regional del sector offshore. Este acontecimiento contribuye a la intensificación de la polémica sobre la intervención de la Unión Europea (UE) en la reglamentación de la explotación en el Mar del Norte. Apoyado por la OING medioambientales, como por ciertos diputados europeos, este proyecto – que prevé un refuerzo de las obligaciones en materia de actividades petroleras y gasíferas – es combatido con mucho ahínco por la industria de este sector.
Análisis
Desde el 28 de marzo de 2012, Greenpeace condenó a la multinacional al invocar el desastre precedente de la Plataforma Deepwater Horizon, que implicó a la BP en 2010. Además, la movilización de la OING se concentró en la crítica del monopolio del diagnóstico, detenido por los administradores del incidente, en este caso Total y los expertos del Wild Well Control. Esta acción de estigmatización no ocasionó sin embargo el naufragio económico de la compañía, a pesar de producirse inicialmente un derretimiento de la capitalización bursátil de la supermayor, cuya cotización ciertamente bajó de 8% entre el 25 de marzo y el 08 de abril de 2012. Total parece en efecto haber logrado atenuar las consecuencias del escape de gas al desarrollar una comunicación de crisis enfocada en el control de la información. La ausencia tanto de víctimas como de marea negra, el supuesto bajo impacto a nivel medioambiental y el apoyo tácito de los gobiernos británico y escocés jugaron, en este reporte, a favor del operador de Elgin. Subrayemos que el director financiero de Total se dirigió rápidamente a los accionarios anunciando que el evento no modificaría su política de dividendos, basada en beneficios avaluados en 12 mil millones de dólares para el año 2011. Lo cual pone en evidencia la relación ambigua que se establece entre la degradación de la imagen de la empresa – acentuada en abril de 2012 por un nuevo incidente en Nigeria y el curso del caso Erika – y la reacción del mercado. Los principales brokers – entre los cuales encontramos a Exane BNP Paribas, el Crédit Suisse o HSBC – conservaron de esta manera una posición neutral, incluso moderadamente optimista, en cuanto al funcionamiento del grupo. Sobre todo teniendo en cuenta que la aseguradora de éste cubre los daños ocasionados hasta por mil millones de dólares.
Total parece haberse salvado relativamente bien del siniestro. En cambio, el sector entero enfrenta un realce de las críticas dirigidas por parte de las ONG – en primera línea Greenpeace – y los euro diputados que preconizan una reglamentación más vinculante de la explotación offshore en el Mar del Norte. Estructurado sobre una base nacional, el sistema actual reposa en la cooperación entre la entidad reguladora del Estado – por ejemplo el Health and Safety Executive (HSE) del Reino Unido – la industria y los sindicatos. A pesar de la reforma consecutiva a la catástrofe de Piper Alpha, esta organización fue acusada de perpetuar las fallas, así como favorecer una cierta colusión entre los diferentes interventores de la situación. En 2010, el Comisario Europeo a cargo de la energía se declaró incluso a favor de un control de los controladores, acompañado por un moratorio sobre la extracción en aguas profundas. A pesar de esto, el proyecto de iniciativa reglamentaria formulado por la Comisión en octubre de 2011 insistió sobre todo en la homogeneización de los procedimientos y el endurecimiento de las condiciones de obtención de nuevas licencias, lo cual incluiría la posibilidad financiera de cubrir cualquier tipo de accidente. Según la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings, el monto de estas provisiones contra todo riesgo alcanzaría los 10 mil millones de euros, lo cual causaría sin duda un efecto en las cuentas de las empresas que operan en el Mar del Norte. Estas medidas se enfrentaron entonces a una oposición generalizada, desde la industria – las 200 compañías representadas por Oil & Gas UK – hasta los sindicatos de trabajadores – National Union of Rail, Maritime and Transport Workers (RMT), así como la Unite the Union – pasando también por el gobierno británico. Al recalcar la calidad de sus estándares de extracción, estos actores denuncian la transferencia de esta competencia hacia una nueva entidad, desprovista de experiencia, en detrimento de un enfoque pragmático y concertado en el centro del sector.
Evidentemente, la movilización de Greenpeace por la fuga de Elgin se inscribe en su campaña global Go Beyond Oil, apuntada especialmente hacia los riesgos inducidos por los proyectos de inversión en el Ártico. Basándose en un reporte de la compañía de seguros Lloyd´s, el empresario medioambiental denuncia esta oleada hacia el polo norte, simbolizada por el proyecto Shtokman Development AG (SDAG). Recordemos igualmente que la Agencia Internacional para la Energía (AIE) teme nuevos accidentes luego de que las firmas petroleras se liberen de sus compromisos de producción en el Mar del Norte. El costo del desmantelamiento de las 500 plataformas y los 8 000 pozos petrolíferos de este espacio marítimo podría alcanzar los 100 mil millones de dólares, según las estimaciones de Douglas-Westwood y Deloitte Petroleum Services. Éstos son los múltiples aspectos disimulados por la carrera tecnológica de la explotación petrolífera, estimulada por un mercado altamente competitivo, apoyado por los Estados. Estas experticias alternativas nos indican que la regulación de la extracción offshore se estructura más a partir de las lógicas financieras y de seguros, sin orientarse hacia la preservación de los bienes públicos mundiales.
Referencias
Ravignan Antoine de, « Greenpeace, entre contestation et négociation », L’Économie politique, (18), 2003, pp. 86-96. Greenpeace International, Annual Report 2010, Consultable en la página web: http://www.greenpeace.org [25 de abril de 2012].
Lloyd’s & Chatham House, Arctic Opening: Opportunity and Risk in the High North, 2012. Portal de Total dedicado al incidente: http://www.elgin.total.com/elgin [1ero de mayo de 2012].
Apr 15, 2012 | África, Passage au crible (espagnol), Seguridad
Por Philippe Hugon
Traducción: Ulises Aquino
Passage au crible n°64
Sahara. Pixabay
En un contexto de desafío al poder maliense y su ejército, los rebeldes tuaregs del (Movimiento de Liberación Nacional del Azawad), activos y en relación con los movimientos islámicos proclamaron unilateralmente la independencia del Azawad en abril de 2012. Esta situación que condujo a una secesión en Malí, ya ha generado la huida de numerosos malienses del norte. Tombuctú, la Meca del Sahara, es sin embargo controlada por Ansar Dine mientras que algunos argelinos han sido tomados como rehenes en Gao. Más allá de estos conflictos, toda la región sahelo-saharaui se encuentra inmiscuida.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Contexto histórico
Los movimientos tuaregs son antiguos. La Francia colonialista combatió a los guerrilleros tuaregs durante la primera guerra mundial, integrándolos a las “Compagnies Méharistes Sahariennes”. Al final de la Cuarta República y principios de la quinta la OCRS (Organisation Commune des Régions Sahariennes) tenía por ambición crear un espacio tuareg independiente, principalmente para separar de Argelia el Sahara, rico en hidrocarburos. El Azawad ha estado marcado desde la independencia de Malí por ciclos de rebeliones, de represión y negociación. El régimen de Gadafi reclutó así en 1972 numerosos Tuareg en su legión islámica y avivó periódicamente las tensiones, antes convertirse en negociador. Sin embargo, los acuerdos reconociendo mayor autonomía y derechos a los Tuaregs quedaron generalmente en archivo muerto. Recientemente, la caída del régimen de Gadafi ha reactivado los antagonismos, como consecuencias del regreso al país de migrantes y mercenarios que disponen de armas de grueso calibre.
Es observable hoy día una innovación en cuanto a la amplitud de las reclamaciones. En efecto, el movimiento de la MNLA (3000 hombres fuertemente armados) han proclamado la independencia rompiendo con las antiguas demandas que consistían simplemente en la igualdad de derechos, una mayor autonomía y una menor marginalización del norte de Malí. Para hacerlo, han sido apoyados por milicias islamistas, el movimiento Ansar Dine de Lyiad ag-Ghali – quien aboga por la sharia – y el Mujao (movimiento por la unidad y la Yihad) tienen nexos con Aqmi e incluso, de acuerdo con algunas fuentes, con Boko Haram.
Marco teórico
1. La debilidad del Estado. El motín de militares carentes de rango rápidamente se convirtió en un golpe de estado con la acusación de laxitud o complicidad entre el poder político y los movimientos rebeldes. El presidente Amadou Toumani Touré tuvo que ceder rápidamente el lugar y el presidente de la Asamblea Nacional Traoré fue designado como jefe del Estado de transición. Pero esta crisis político-institucional testifica una gran debilidad del Estado y principalmente un vacío. En un país donde se observa una explosión demográfica agravada por la sequía, castigado duramente por el tráfico de diversos tipos (cocaína, automóviles, toma de rehenes, armas), los conflictos armados (diversos Katibas Aqmi, movimientos tuaregs) así como, rivalidades mineras y petroleras. Esta situación hace extremadamente vulnerables a las poblaciones ante tensiones recurrentes y ancestrales (entre agricultores sedentarios y recolectores nómadas, entre descendientes de ladrones y personas robadas).
2. El incremento de poder de actores no estatales. El arco sahelo-saharaui reúne de manera adecuada las condiciones para que actores no estatales muy heterogéneos (como el MNLA, Mujao, etc.) puedan ampliar su control.
Análisis
Los objetivos del MNLA (independencia del Azawad), de Ansar Dine (Instaurar la sharia en Malí) y de algunos Katibas d’Aqmi (establecer un califato de Mauritania a Somalia) difieren. A priori, los lazos parecen limitados entre los salafistas yihadistas de Aqmi y los Tuareg Beréberes, apegados a la escuela Malekite, abierto al sufismo de las cofradías Tidjânyia o Kandinya y camuflado como animismo. Pero los espacios donde se encuentran los Aqmi continúan siendo los mismos que utilizan los Tuareg. En cuanto a la región Adrar de los Ifaghas, aparece como un santuario para ciertos Katibas. Por otra parte, las connivencias de intereses existen sin ninguna duda en lo referente al control de tráfico de cocaína o de armas, mientras que algunos tienen la esperanza que los mercenarios Tuaregs que regresan de Libia se movilicen para oponerse a los Aqmi.
Los actores involucrados en la crisis de Malí se presentan muy diversificados. Argelia no puede aceptar la independencia del Azawad. El norte de Níger aloja 700,000 Tuaregs y está cerca del norte de Malí. La CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) está preocupada por la dimensión del conflicto. En el seno de la ECOMOG (Economic Community of West African States Cease-fire Monitoring Group) pueden disponer de una fuerza de 2000 a 3000 hombres. Sin embargo, la historia muestra la débil eficacia de las tropas de la CEDEAO y estas fuerzas requerirían algún tiempo para poder ser eficientes, sin considerar que se enfrenarían a problemas logísticos. Francia ha estado presente en el desencadenamiento de la crisis dados los efectos colaterales de la intervención de la OTAN en Libia. Se le juzga próxima a los movimientos tuaregs y directamente ligada al futuro de los rehenes, mientras que ella atraviesa un periodo electoral. Por lo tanto, recomendó a sus ciudadanos abandonar temporalmente Malí, sin realizar ninguna intervención militar.
Las crisis humanitarias se incrementan por la afluencia de refugiados (200,000 sobre el suelo de Malí y los países vecinos, Burkina Faso, Níger, Argelia, en marzo de 2012) y de desplazados. La desorganización de la producción y la imposibilidad de funcionamiento de las acciones humanitarias agravan la situación. Una movilización de la ayuda internacional se presenta como urgente. La independencia del Azawad no tiene legitimidad pero la secesión será durable. Sin embargo, las soluciones parecen menos militares que diplomáticas y económicas.
Referencias
Boiley Pierre, Les Touaregs Kel Adagh. Dépendances et révoltes du Soudan français au Mali, Paris, Karthala, 1999.
Bourgeot André (Éd.), Horizons nomades en Afrique sahélienne, Paris, Kathala, 1999.
GEMDEV, Mali-France. Regards pour une histoire partagée, Paris Karthala, 2005
Hugeux Vincent, Thilay Boris, “Les 12 plaies du Mali”, L’express, 11-17 avril 2012
Hugon Philippe, Géopolitique de l’Afrique, Paris, SEDES, 3e ed. 2012.
Apr 15, 2012 | Bienes públicos mundiales, Medio ambiente, Multilateralismo, Passage au crible (espagnol)
Por Valérie Le Brenne
Traducción: Ulises Aquino
Passage au crible n°65
Pixabay
Auspiciado por el Consejo Mundial del Agua, se llevó a cabo en Marsella del 12 al 17 de marzo de 2012 el sexto Foro Mundial del Agua. Titulado El Tiempo de Soluciones, esta expresión trienal ha reunido más de veinte mil participantes de 140 países. Estos últimos, trataron todo tipo de temas relacionados con el acceso al agua y el saneamiento. Esta vez, los ministros presentes han adoptado una declaración que busca acelerar la puesta en marcha del derecho al agua potable reconocido por la Asamblea General de Naciones Unidas en julio de 2010. Por otra parte, un dispositivo del foro en línea – la plataforma Solutions for Water – fue inaugurada con la finalidad de recibir las diversas propuestas ciudadanas.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Contexto histórico
Organizado cada tres años desde 1997, el FMA (Foro Mundial del Agua) es resultado de la iniciativa del CMA (Consejo Mundial del Agua). Creado en 1996, este organismo autónomo de Naciones Unidas tiene como objetivo reunir regularmente a todos los actores poseedores de intereses relacionados con el sector, con el fin de favorecer el debate y el intercambio de experiencias. En este caso, se trata de construir “una visión estratégica común” y de elaborar colectivamente soluciones ad hoc. Con sede en Marsella, esta plataforma multilateral ha obtenido el estatus de miembro consultivo del ECOSOC (Consejo Económico y Social de Naciones Unidas), y reagrupa actualmente más de 300 organizaciones representantes de 60 países.
Recordemos que desde los años setenta, constatar el agotamiento de los recursos naturales ha dado lugar a múltiples cumbres internacionales sobre el medio ambiente. En 1977, la Conferencia del Mar del Plata definió así, por primera vez, el agua como un bien común de la humanidad y alertó sobre los riesgos que se ciernen sobre este recurso. Sin embargo, sería necesario esperar la conferencia de Dublín, en 1992, para que fueran enunciadas las líneas directrices de una gobernanza mundial. Este primer corpus ha permitido adoptar el principio GIRH (Gestión Integrada de Recursos Hídricos) que ahora sirve como referente a nivel mundial. Inspirado en el modelo francés, este sistema está basado en un enfoque integral de la gestión del agua por cuenca hidrológica y llama a delegar infraestructuras públicas a operadores privados.
Junto a la Cumbre de Río, esta conferencia ha representado una etapa crucial en la toma de conciencia mundial del enrarecimiento de los recursos hídricos. Principalmente, ha permitido llegar a un consenso sobre la creación del Consejo Mundial del Agua. En 2000, la Cumbre del Milenio ha renovado la misión del CMA incluyendo “el acceso a fuentes mejoradas de agua potable” en los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio).
Marco teórico
Mantengamos dos líneas de análisis:
1. Un multilateralismo sectorial: siendo un BPI (Bien Publico Internacional), el agua necesita el establecimiento de una gobernanza mundial. En este sentido, la organización regular de foros internacionales parece participar en la construcción de un “nuevo multilateralismo” como lo analiza Robert Cox.
2. La exportación de un modelo de gestión: el mejoramiento en el acceso al agua potable y al saneamiento exigen inversiones substanciales que los estados frágiles parecieran no estar en posición de asumir. Bajo estas circunstancias, el modelo francés de APP (Asociación Público-Privada) ha sido la solución privilegiada con el fin de alcanzar los ODM. Sin embargo, un número creciente de “actores fuera de la soberanía”, según la expresión de James Rosenau, rechazan este enfoque y denuncian la comercialización de un recurso patrimonial.
Análisis
La celebración del sexto Foro Mundial del Agua refleja el despliegue de una gobernanza mundial que sobrepasa el estricto marco estatal. A este respecto, es necesario recordar que cada año, 5 millones de personas son víctimas de enfermedades causadas por el consumo de agua insalubre, convirtiéndose en la primer causa de mortalidad en el mundo. Al mismo tiempo, el crecimiento demográfico, el aumento de las superficies de riego, la urbanización y la multiplicación de contaminación industrial contribuyen al enrarecimiento de los recursos hídricos. En consecuencia, la búsqueda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio – que contemplan “Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento” – implica una cooperación del conjunto de actores inmiscuidos en el marco de las nuevas arenas multilaterales.
Además, el mejoramiento del acceso al agua potable y al saneamiento en los países en desarrollo requiere fuertes inversiones en materia de infraestructura. Las negociaciones realizadas durante diversos encuentros multilaterales han llevado a la adopción del modelo francés de Asociación Publico-Privada por numerosos organismos internacionales. Este sistema que se basa en una concepción económica de los Bienes Públicos Internacionales, incita a una resolución de esta problemática a través de una mayor participación de los actores involucrados en el mercado. Esto significa que el acceso no gratuito debe permitir un financiamiento sostenible de los equipos así como, la toma de responsabilidades por parte de la población. En este sentido podemos señalar que el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) condicionan el otorgamiento de sus ayudas a la puesta en marcha de este modelo por parte de los Estados beneficiarios.
Sin embargo, este enfoque es cuestionado por múltiples ONG que denuncian la comercialización de este recurso en países en vías de desarrollo. Para estos actores la privatización produce nuevas desigualdades ya que, implica un costo suplementario para los usuarios. De hecho, a esta visión económica se opone la concepción patrimonial de los bienes comunes, según la cual una fuerte implicación de instancias internacionales permitiría tomar las mejores vías al desarrollo. Basta decir que, dada ausencia de consenso sobre la noción de BPI, los procesos de negociación siguen estructurados por la división estratégica.
Así, asistimos actualmente a un fenómeno de convergencia de las ONG que se oponen a este modo de gobernanza. Reunidas en torno a coaliciones, estos actores comparten su capital a fin de formar nuevas arenas, como lo muestra la realización en Marsella del cuarto FAMA (Foro Alternativo Mundial del Agua) del 14 al 17 de marzo de 2012. En este caso, sus demandas están relacionadas con la colusión de intereses públicos y privados en el CMA, donde diversos miembros pertenecen en efecto a las tres principales operadoras francesas del agua y el saneamiento. Por lo tanto, el Foro Mundial del Agua representaría un medio de llevar los intereses de esas firmas a escala internacional a través de la promoción del modelo APP. Denunciando una lógica de “club”, el FAMA cuestiona igualmente la eficiencia de este sistema y señala los reveces que ha tenido después de una decena de años en África y América Latina.
Referencias
Cox Robert W. (Éd.), The New Realism: Perspectives on Multilateralism and World Order, New York, St. Martin’s Press, 1997.
Gabas Jean-Jacques, Hugon Philippe, “ Les biens publics mondiaux et la coopération internationale”, L’Économie politique, 12 (4), 2001, pp.19-31.
Hugon Philippe, “ Vers une nouvelle forme de gouvernance de l’eau en Afrique et en Amérique latine”, Revue Internationale et Stratégique, 66 (2), 2007, pp.65-78.
Rosenau James, Turbulence in World Politics : a Theory of Change and Continuity, Princeton, Princeton University Press, 1990.
Schneier-Madanes Graciela (Éd.), L’Eau mondialisée, Paris, La Découverte, 2010.
Smouts Marie-Claude, “ La coopération internationale : de la coexistence à la gouvernance mondiale” in : Smouts Marie-Claude (Éd.), Les Nouvelles relations internationales, Paris, Presses de Sciences Po, 1998, pp. 135-160.
Apr 8, 2012 | Bienes públicos mundiales, Passage au crible (espagnol)
Por Alexandre Bohas
Traducción: Ulises Aquino
Passage au crible n°63
Qatar. Baie de l’Ouest. Pixabay
Qatar aparece regularmente en los encabezados de periódicos por sus adquisiciones de obras de arte. Consciente de los limitados recursos que posee su suelo, la familia reinante ha invertido en el extranjero. Esto ayuda a entender su participación en el área artística, usualmente vista como azarosa e improductiva.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Contexto histórico
En virtud del alza de precios de los hidrocarburos y de la crisis financiera, la pequeña monarquía de Qatar ha realizado diversas inversiones en diferentes áreas de la economía mundial. Actualmente poseen instituciones de turismo de lujo como el Carlton, el Royal Monceau, Harrods o el Hotel Savoy. Asimismo, cuenta con participaciones minoritarias en multinacionales francesas – como Vinci, Lagardère, Vivendi, Total, LVMH, Suez Environnement – y europeas en general por ejemplo, Volkswagen, Porsche o Barclays.
Además de estos activos, igualmente ha comprado pinturas de renombrados maestros, lo que le ha permitido posicionarse a la cabeza de la clasificación 2011 de los más grandes inversores en el mercado del arte. Se estima que en siete años las exportaciones de Estados Unidos a Qatar en este sector han alcanzado los 428 millones de dólares. Por ejemplo, en 2009, este emirato adquirió los Rothko del financiero Ezra Merkin por 310 millones de dólares y sólo dos años después los de la colección Rockefeller. También se ha asegurado, por 45 millones de euros, la donación de Claude Berri que originalmente estaba destinada a Francia. Para exponer sus obras, ha hecho un llamado a los arquitectos más reconocidos a nivel internacional. Así, el Museo Nacional de Qatar fue concebido por Jean Nouvel. En cuanto al Museo de Arte Islámico, inaugurado en 2008, fue diseñado por el chino-estadounidense Pei y el de Arte Moderno por Jean François Bodin.
Marco teórico
La sociedad anárquica de lo internacional. Ya que la anarquía caracteriza la esfera internacional, este estado puede adoptar diferentes formas. En efecto, se encuentra moldeado por factores ideológicos y materiales de tal suerte que se asemeja a una “sociedad internacional” (Hedley Bull) y no a la guerra permanente que describen los realistas. Sus miembros son conducidos a mantener relaciones de cooperación, a participar de las instituciones y a interiorizar los valores comunes como la lealtad y el reconocimiento mutuo.
El poder paradójico de los estados pequeños. Estos últimos son a menudo menospreciados por los internacionalistas y las teorías concernientes los limitan a una diplomacia que observa la promoción de normas, de la paz y de las operaciones humanitarias (Christine Ingebritsen). Mientras tanto, en los últimos años hemos presenciado la relativa decadencia de los grandes poderes. En contraste, los “liliputienses” estatales (Robert Keohane) parecen haberse beneficiado de la globalización marcada por una intensificación de las relaciones y un auge de los actores transnacionales. Bajo esta configuración, varios de ellos aparecen a la vanguardia concentrando enormes capitales y posicionándose como paso forzoso de flujos financieros, culturales, comerciales y humanos.
Análisis
Gracias a las rápidas mutaciones del capitalismo y del orden mundial, las observaciones de Katzenstein sobre la adaptación y la resistencia de los Estados pequeños se confirman. De hecho la globalización ha intensificado la competencia intersectorial, provocando la formación de las economías mundiales y la concentración de riquezas. Además, el poder ya no reside simplemente en el manejo de factores productivos y distributivos que aseguran una independencia, sino una autonomía, de los Estados-nación. Por el contrario, él proviene principalmente de la autoridad y la proyección resultante de poseer uno o varios de estos polos de atracción mundiales. Dicho de otra forma, no se trata de retirarse del juego internacional, sino de encontrar una posición privilegiada. Por ejemplo, si Estados Unidos mantiene actualmente una primacía estructural, es también gracias a la posición central que ocupa Hollywood en el sector cinematográfico, Wall Street en las finanzas mundiales y Silicon Valley en el sector de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
En un mundo fragmentado y ordenado en archipiélagos, los países de tamaño reducido se muestran dispuestos a especializarse en un campo específico. Por esto, algunos de ellos cómo Qatar, conocen un auge espectacular. Al igual que Singapur o los paraísos fiscales, Qatar ahora está buscando especializarse en el mundo del conocimiento y las bellas artes. Estos últimos le deben permitir lograr el reconocimiento mundial, compitiendo contra vecinos amenazadores como Arabia Saudita o Irán. Ellos deben contribuir al desarrollo de un territorio que obtiene la mayor parte de sus recursos de la industria del gas. Recordemos que Qatar ha creado en 1996 la célebre cadena de televisión Al-Jazeera que se ha impuesto en el panorama audiovisual. Asimismo, la monarquía ha recibido a artistas refugiados de Iraq, al tiempo que sus dirigentes se revelan como grandes coleccionistas de arte. Por otra parte, ha atraído numerosas universidades como las estadounidenses Georgetown, Northwestern, Carnegie, y Cornell, la europea Stenden y las canadienses de Calgary y North Atlantic, las cuales se han establecido en el país ofreciendo cursos completos. Esta estrategia se asemeja a la de Abu Dhabi que se ha dado a la tarea de construir sucursales del Louvre y del Guggenheim después de haber abierto los campus de Paris-Sorbonne Abou Dhabi, del HEC, de New York University e incluso de Saint Joseph de Beyrouth.
Finalmente, esta política de grandeza cultural demuestra perfectamente que el poder no se reduce únicamente a las capacidades y recursos geoestratégicos. En este caso, es el resultado de transformaciones internacionales que crean oportunidades para algunos actores menospreciados hasta el momento. Poseedores de un gobierno autónomo y formalmente soberano – a causa de su carácter estatal – atraen a actores no estatales como las empresas, constituyéndose como centros atractivos de la globalización.
Referencias
“A Smithsonian in the Sand”, The Economist, 29 Dec. 2010.
Barthe Benjamin, “Qatar. Les ambitions démesurées d’une micro-monarchie”, Le Monde, 25 fév. 2012, pp. 4-5. Supplément Géo et Politique.
Bull Hedley, The Anarchical Society. A Study of Order in World Politics, New-York, Columbia University Press, 1977. “Ce que le Qatar possède en Europe”, Challenges, 14 fév. 2012.
Elkamel Sara, “Qatar Becomes World’s Biggest Buyer of Contemporary Art”, The Guardian, 13 July 2011.
Hartvig Nicolai, “Qatar Looks to alance Its Arts Scene”, New York Times, 6 Jan. 2012.
Ingebritsen Christine, “Norm Entrepreneurs: Scandinavia’s Role in World Politics”, Cooperation and Conflict, 1 (37), 2002, pp. 11-23.
Katzenstein Peter J., Small States in World Market: Industrial Policy in Europe, Ithaca, Cornell University Press, 1985.
Katzenstein Peter J., “Small States and Small States Revisited”, New Political Economy, 8 (1), 2003.
Keohane Robert O., “Lilliputians’ Dilemmas: Small States in International Politics”, International Organization, 2 (23), Spring 1969, pp. 291-310.
Laroche Josepha (Éd.), La Loyauté dans les relations internationales, 2e éd., Paris, L’Harmattan, 2011.
Le Grand Dominique, “Le Qatar, premier acheteur d’art ”, Le Soir, 2 août 2011.
Waage Hilde Henriksen, “The ‘Minnow’ and the ‘Whale’: Norway and the United States in the Peace Process in the Middle East”, British Journal of Middle Eastern Studies, 34 (2), Aug. 2007, pp. 157-176.