PAC 111 – Las intervenciones soberanas de la FIFA La copa del mundo de futbol en Brasil (12 junio - 13 julio 2014)

Por Élie Landrieu

Traducción Ulises Aquino

Passage au crible n°111

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Mientras que del 12 de junio al 13 de julio de 2014 se realiza en Brasil la 20 edición de la Copa del Mundo de futbol, la organización encargada de su organización, la FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociación), aparece más descalificada que nunca. En efecto, esta poderosa entidad privada ha llegado a imponer a los países anfitriones condiciones drásticas, con fuertes consecuencias sobre el plano socioeconómico, es decir humano.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

La FIFA fue creada el 21 de mayo de 1904 en París por los representantes de asociaciones deportivas de 7 países europeos (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza) con el objetivo de regular la práctica de un deporte, la asociación de futbol, entonces en plena expansión. Además de las reglas del juego y el reconocimiento de las federaciones nacionales, esta instancia se fijó como objetivo la organización de su propia competencia internacional.

A pesar de los primeros pasos prometedores y la rápida integración de nuevos miembros, habría que esperar hasta 1930 para ver a la institución organizar, en Uruguay, la primera Copa del Mundo. Pero en un contexto de crisis económica y de recrudecimiento de tensiones internacionales, el evento no conoció el éxito previsto. Faltando a la cita las principales naciones europeas de futbol (Inglaterra, Alemania e Italia), mientras que sólo 13 tomaron parte en el torneo. Por lo tanto, rápidamente el poder político mide el alto aporte simbólico de la competición y el prestigio internacional que puede eliminar. Desde 1934, acogiendo la copa del mundo de la FIFA la Italia de Benito Mussolini se vuelve la vitrina de su supuesto esplendor. Un montaje grandilocuente conjugado con el éxito explosivo del equipo nacional, permite al régimen fascista – en la víspera de la Segunda Guerra Mundial – de reenviar al mundo una imagen glorificada de poder y modernidad.

Sin embargo, debemos esperar la llegada de la televisión para que las sinergias político-económicas alrededor de la competencia tomen toda su dimensión. Difundida en directo por primera vez, la final del mundial disputada en Londres en 1966 y enfrentando el equipo de la reina madre y la Mannschaft de Alemania del Oeste, será seguido por 60 millones de telespectadores. Desde entonces la copa del mundo se convierte en una plataforma de exposición para las marcas comerciales. También, a partir de los años setenta, vemos la instancia deportiva dirigida por el empresario brasileño, Joao Havelange, concluir sus primeros contratos con las grandes compañías Coca-Cola y Adidas, desde entonces aliados indefectibles. La historia de la institución se volverá entonces esa de un irresistible aumento de poder. Adjudicándose la totalidad de los derechos surgidos del torneo cuatrienal (derechos de difusión, derechos de marketing o derechos multimedia), la FIFA registra una progresión constante de sus beneficios. En el periodo 2007-2010, estos alcanzaron por ejemplo 4,200 millones de dólares. Igualmente, la autoridad mundial del futbol no cesa de extender su proyección política llegando a imponer a los Estados condiciones cada vez más estrictas en cuanto a la organización de la competición faro.

Marco teórico

La injerencia internacional de una agencia privada. La globalización conlleva una distribución de la autoridad política que consagra el aumento de poder de actores no estatales. Las instancias privadas como la FIFA se imponen en la regulación de sectores transnacionalizados y logran oponerse a, o desviar la acción de los Estados sobre su territorio.

La reconfiguración del poder Estatal. Al hacerlo, estos nuevos actores contribuyen a la transformación de las formas de poder estatal. Vemos aquí como, bajo las órdenes de la FIFA, el gobierno brasileño renuncia al cumplimiento de importantes funciones regulatorias, mientras que fortalece significativamente sus prerrogativas de seguridad.

Análisis

La copa del mundo confiere a la FIFA un atributo de poder considerable que les permite imponerse como actor autónomo de la escena internacional. Efectivamente, esta institución, contrariamente a las organizaciones intergubernamentales, no dispone de ninguna delegación de soberanía. De hecho, la instancia suprema del futbol no constituye sino una federación de asociaciones deportivas nacionales y, a este respecto, no mantiene vínculos directos con los Estados. Sin embargo, poniéndolos en competencia por la obtención del mundial, llega a imponer condiciones de organización que implican la renuncia a una parte substancial de su independencia. Así, consigue influir en el control sobre las riquezas producidas al interior mismo de sus fronteras. En efecto, para esta edición de la copa del mundo – al igual que para las dos precedentes en Sudáfrica y Alemania – el país anfitrión ha aceptado exonerar fiscalmente las ganancias realizadas por la instancia deportiva y sus aliados comerciales durante toda la duración de la copa del mundo. Por otra parte, la FIFA impuso una serie de medidas favoreciendo la actividad de sus patrocinadores en detrimento de los actores de la economía local. La federación internacional por ejemplo obtuvo de los poderes públicos la implementación alrededor de los estadios, de una zona de exclusividad estrictamente reservada a la venta de las marcas oficiales. Anticipando al Estado en este punto, la autoridad tutelar del futbol parece sin embargo en posición de disponer de una parte sustancial de las ganancias generadas por el evento. Está de más decir que la aptitud del actor estatal de jugar su rol como regulador social se encuentra cuestionada. En estas condiciones, el crecimiento del déficit público engendrado por los gastos consagrados al mundial (11 000 millones de dólares) pone en un fuerte riesgo de comprometer al término la capacidad de los gobiernos para invertir en políticas sociales. De hecho, el ejecutivo previó un programa de reducción de gastos presupuestales que – a pesar de las demandas expresadas por los manifestantes – podrían bien perjudicar al financiamiento de los servicios públicos. De la misma manera, su aptitud de asegurar una regulación democrática se observa comprometida. En efecto, los movimientos sociales muestran que los poderes públicos están dispuestos a pasar por alto los procedimientos de consulta. Sin embargo, si Brasil abdica a una parte no despreciable de su soberanía bajo la presión de la FIFA, no sigue siendo por lo tanto privada. Al contrario, en un acuerdo común con la entidad coordinadora del futbol mundial, refuerza considerablemente sus prerrogativas de seguridad e incrementa a través de ellas su control sobre la población. Así, alegando la organización de la copa del mundo, el gobierno brasileño extiende sus poderes policiacos y judiciales. Recordemos que invirtió cerca de 2000 millones de reales (900 millones de dólares) en material, equipos de vigilancia y tropas de intervención especiales, mientras que las autoridades banalizan el recurso del ejército para manejar las manifestaciones. Paralelamente la ley general de la copa negociada con los representantes de la FIFA, agregó nuevos crímenes y delitos al código penal brasileño. En fin, más preocupante en términos de libertad pública, el congreso examina actualmente un proyecto de la ley antiterrorista fundada sobre una acepción extensa de la noción de terrorismo, comprendiendo notablemente la degradación de bienes y servicios esenciales. Esto puede hacer temer un recurso abusivo contra los manifestantes que perturbasen el desarrollo del mundial. Finalmente, estas evoluciones favorecen un clima de impunidad propio de la exacerbación de las violencias policiacas. Numerosas ONG denuncian a este respecto el aumento de atropellos cometidos por las fuerzas del orden durante las manifestaciones. Condenan los dispositivos ofensivos implementados en la expulsión de habitantes de las favelas próximas a los centros turísticos. Pero sería erróneo visualizar la relación entre el Estado brasileño y la FIFA únicamente sobre el plano de la oposición y de la competencia. De hecho, el órgano rector del futbol logra derrotar el poder público en sus elementos constitutivos como el control de las riquezas, las funciones de redistribución o incluso la regulación democrática. Sin embargo, estas dos instituciones entablan igualmente relaciones de alianza y cooperación. En efecto, encuentran un interés común en el endurecimiento del poder: mientras que la FIFA tiende al mantenimiento del orden para el buen desarrollo de la copa del mundo, el Estado trata por la fuerza los problemas de fondo de los cuales da testimonio la sociedad brasileña, tales como la existencia de favelas o incluso aquellos de las reivindicaciones sociales. Así, parece que este nuevo actor de las relaciones internacionales compite menos a la rendición del poder estatal que a su evolución en materia de seguridad, es decir su “brutalización”.

Referencias

Laroche Josepha, La Brutalisation du monde. Du retrait des États à la décivilisation, Montréal, Éditions Liber, 2012.
Rosenau James N., Turbulence in World Politics: a Theory of Change and Continuity, Princeton, Princeton University Press, 1990.
Rousseau Juliette, “Villes marchandes et villes rebelles : préparation aux méga-événements et reconfiguration des formes d’exercice du pouvoir au Brésil”, Mouvements, 2014, (2), p. 24-30.
Amnesty international, “Ils utilisent une stratégie le peur”. Le Brésil doit protéger le droit de manifester, 5 juin 2014.

Le Système politique chinois Jean-Pierre Cabestan, Paris, Presses de Sciences Po

Reconocido especialista de China, Jean-Pierre Cabestan provee con este trabajo una síntesis completa sobre el sistema político chino que llena un gran vacío en la materia. En efecto, ningún libro reciente en francés ha desarrollado este tema desde hace veinte años ; siendo que China conoce transformaciones socio-econoómicas sin precedentes. De entrada, esta publicación se presenta como ineludible para todo investigador en Relaciones Internacionales, cualquiera que sea su área de estudio, teniendo en cuenta el rol eminente jugado por el poderío chino en el escenario mundial.

La tabla de contenidos se revela igual de sencilla como lo es de didáctica : el autor consagra la primera parte a las instituciones y la segunda a la sociedad. Esto permite comprender mejor la dominación del Partido Comunista, el cual cuenta con 85 millones de miembros y 10 millones de ejecutivos. Enseguida, el autor analiza los desafíos a los cuales se enfrenta el país: la corrupción sistémica, las fuertes desigualdades sociales, las diversas reinvindicaciones étnicas y el problemático surgimiento de la sociedad civil.

Jean-Pierre Cabestan, Le Système politique chinois, un nouvel équilibre autoritaire, Paris, Presses de Sciences Po, 2014, 708 páginas, entre las cuales 43 páginas de anexos, bibliografía clasificada, index de contenidos e index de los nombres de las personas consultadas.

PAC 110 – La coerción normativa de las agencias de calificación de riesgo La disminución de la nota de Argentina por la agencia Moody´s

Por Elie Landrieu

Traducción: Daniel Del Castillo

Passage au crible n°110

El 17 de marzo de 2014, la agencia de calificación Moody´s disminuyó la nota de los títulos emitidos por el Estado argentino en los mercados financieros a « Caa1 », calificando de « muy elevado » su riesgo de no pago. Esta organización evoca al respecto la reducción alarmante de las reservas de cambio del país – que pasaron de 52,7 mil millones de dólares en 2011, a 27,5 mil millones actualmente – aunada a la continuación simultánea de « políticas inadecuadas ».

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

En diciembre de 2001, Argentina declaró la cesación de pagos sobre un monto de 103 mil millones de dólares en obligaciones internacionales. Desde entonces, el país se ha mantenido en una situación de aislamiento, cancelando muy poco sus obligaciones financieras. En primera instancia, se trató de aligerar sus compromisos. En efecto, en enero de 2005, el gobierno de Néstor Kirchner dirigió un plan de reestructuración de la deuda. Un año más tarde, este logró cancelar la totalidad de la cantidad adeudada al Fondo Monetario Internacional (FMI), por un valor de 9,8 mil millones de dólares. Una segunda reestructuración, obtenida en junio de 2010 por el gobierno de Cristina Kirchner, llevó al 90% el monto total de la deuda privada re-negociada. De esta manera, en 2012, este alcanzó a reducir de cerca de 70% su nivel de endeudamiento (del 166% del PIB en 2002, al 44,9%).

Este Estado aprovechó entonces la coyuntura económica mundial para asegurar su autonomía financiera. Con el incremento de los precios de las materias agrícolas – como aquel de la soya, que representa el 25% de las exportaciones argentinas – Argentina emitió amplios excedentes en su balanza de pagos y aumentó, en consecuencia, sus reservas en moneda extranjera, principalmente en dólar, moneda en la cual se encuentra contabilizada el 90% de la deuda del país. Por otro lado, la rápida y vigorosa reactivación económica – entre el 7% y el 9% de crecimiento entre el 2003 y el 2008 – acarreó un crecimiento de las entradas fiscales a todo lo largo de este período. Estos recursos le permitieron al país cubrir sus gastos, así como ir cancelando progresivamente sus deudas, sin recurrir a los mercados financieros.

De manera general, tal aumento de la autonomía financiera libera un margen de maniobra substancial para los gobiernos. Gracias a esta, ellos pueden apartarse de la ortodoxia neoliberal y poner en práctica políticas intervencionistas. Entre estas últimas, mencionemos las ayudas sociales, las medidas proteccionistas – la imposición fiscal de las importaciones de bienes de equipamiento y productos manufacturados – también, las nacionalizaciones (los fondos de pensiones en 2008; las aerolíneas en 2011; Repsol-YPF en 2012). Simultáneamente, el Banco Central se dedicó a un riguroso control de los movimientos de capitales.

Sin embargo, el vuelco de la coyuntura económica mundial desde la crisis de 2008 comprometió seriamente la capacidad de Buenos Aires de prescindir del mercado internacional de capitales. Sus recursos financieros se mermaron mecánicamente con la disminución de la actividad mundial. Esta última, se tradujo especialmente en una baja de los precios agrícolas, una reducción del excedente comercial, un freno de la actividad productiva y una contracción de las entradas fiscales. Desde entonces, esta situación ha inducido un regreso hacia los inversionistas. Pero volver a ganarse su confianza suponía alinearse con sus exigencias, es decir someterse a su coerción normativa.

Marco teórico

1. La regulación por la norma. En Vigilar y Castigar, Michel Foucault describe el surgimiento de una forma de poder disciplinario que, a partir del siglo XVIII, se aparta del dominio de la ley para acercarse a aquel de la norma. Ahora bien, mientras que la primera se revela de carácter exterior y punitivo, la segunda se desarrolla en la esfera interior e induce una auto-regulación de los individuos.
Recalquemos que, a falta de cualquier instancia soberana a escala mundial, la globalización apunta hacia la misma lógica. Observamos al respecto, el despliegue de reglas que emanan de agencias especializadas y que funcionan bajo los principios de auto-obligación y adhesión voluntaria. Estas toman su fuerza del interés de los participantes de la globalización, en integrar un club del cual no pueden exonerarse sin pagar un alto precio.
2. El estigma como dispositivo correctivo. En este contexto, la asignación de un estigma opera como un poderoso instrumento de regulación. Para Erving Goffman, el estigma descalifica y pone al margen al actor puesto en la mira, al mismo tiempo que reafirma los valores dominantes de un determinado sistema. Ahora bien, la nueva degradación de la nota de Argentina proyecta sobre este Estado una profunda desacreditación, además de contribuir a su puesta al margen de los mercados financieros. Esta descalificación pone al descubierto el lado escondido de los criterios sobre los cuales el Estado argentino se ve ahora obligado a alinear su política – transparencia, rigor presupuestal, liberación del control de las tasas de cambio – si quiere acceder a nuevos financiamientos en los mercados internacionales.

Análisis

La degradación de la nota de Argentina mantiene el país al margen de los mercados financieros. Refuerza su imagen de país mala paga. Este hecho compromete sus relaciones con el conjunto de miembros de la esfera financiera (FMI, fondos privados de inversión, cortes de justicia norteamericanas, prensa económica, etc.) y legitima su expulsión del mercado financiero.

La decisión de la agencia ordena al país a conformarse con la norma neoliberal, promulgada por los mercados. Esta evaluación se ajusta al comentario adjunto, el cual deplora ciertas políticas intervencionistas, como el sostenimiento del precio de la energía, las intervenciones en los mercados de cambio y los desmedidos gastos públicos, que fueron calificados de « inadecuados » en la situación actual. En consecuencia, esta instancia exhorta al gobierno argentino a reorientar su acción estableciendo preceptos neoliberales fundamentados en el control del déficit y la estabilización de la moneda. Todas estas disposiciones indispensables, según la agencia, para asegurar el pago de la deuda.

La necesidad urgente de financiamiento a la cual se enfrenta Argentina, mandata a sus gobernantes a tener en cuenta estas prescripciones. En efecto, la fuga de capitales, la inflación galopante y la baja generalizada de la actividad degradan seriamente sus finanzas y vuelven cada vez más insostenible su aislamiento. La multiplicación de señales de confianza enviadas en dirección de los mercados financieros estos últimos meses, demuestra la preocupación en satisfacer sus exigencias. De este modo, el país concede, por ejemplo, amplias indemnizaciones a las sociedades que han sido nacionalizadas – 5 mil millones de dólares fueron desembolsados al petrolero español Repsol – también, reembolsa los pagos atrasados de una cierta cantidad de acreedores privados. Finalmente, el Estado permite que el peso se devalúe frente al dólar, mientras que establece discusiones con el Club de París, organismo que reúne a los acreedores públicos. No obstante, para volver a ganar el apoyo de los mercados financieros, el gobierno deberá poner en marcha una revisión de sus políticas económicas más profundas, como se lo hicieron claramente saber los expertos de Moody´s.

Finalmente, a medida que crece la dependencia del Estado hacia los mercados financieros, se restringen las condiciones de las agencias de calificación de riesgo. Estas logran desde ahora inyectar los marcos normativos de las finanzas. De igual manera, consiguen orientar las políticas públicas de los gobiernos; el reembolso de la deuda se impone actualmente como la referencia ineludible. Pero debemos comprender que el interés del inversor, sobrepasa entonces el interés general.

Referencias

Foucault Michel, Surveiller et punir, Paris, Gallimard, 1975.
Goffman Erving, Stigmate. Les usages sociaux des handicaps, Paris, Minuit, 1975.
Gaillard Norbert, « La notation souveraine », Politique étrangère, (1), 2012, pp. 53-63.
Publication web de Moody’s, décision du 17 mars : https://www.moodys.com/research/Moodys-downgrades-Argentinas-government-bond-rating-to-Caa1-stable-outlook–PR_294642?lang=fr&cy=fra.

La Modernité insécurisée, anthropologie des conséquences de la mondialisation Bréda Charlotte, Deridder Marie, Laurent Pierre-Joseph (Éds.)

Este libro colectivo e interdisciplinario trata sobre la reformulación de los tejidos sociales y culturales que es inducida por la globalización. De esta forma, la obra insiste en las transformaciones de los marcos de vida y modos de protección de las poblaciones.

El volumen se articula en cinco partes. La primera analiza las consecuencias del proceso de globalización en sociedades cuyo modo de vida, hasta ahora, se encontraba todavía basado en las costumbres. La segunda trata los efectos sociales del cambio climático. La tercera parte se centra en las modificaciones que intervinieron en lo cotidiano de los individuos ; y subraya su inventiva social. La cuarta aborda enseguida la reformulación de las relaciones entre los Estados y sus instituciones. Finalmente, el libro desarrolla las transformaciones de los imaginarios colectivos. Para esto, se estudian las astucias relativas a la identidad, establecidas por las poblaciones para simbolizar el espacio y el tiempo, siendo que estas dos dimensiones se encuentran inexorablemente eternizadas.

Bréda Charlotte, Deridder Marie, Laurent Pierre-Joseph (Éds.), La Modernité insécurisée, anthropologie des conséquences de la mondialisation, Paris, L’Harmattan, 467 pages.

PAC 109 – Los océanos, bienes públicos en peligro La prohibición de la pesca de arrastre profundo en Europa en impasse institucional

Por Florian Hévelin

Traducción: Eva Doya-Le Besnerais

Passage au crible n°109

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El 30 de enero de 2014, la flota de pesca del grupo francés Intermarché – la “Scapêche”- se comprometió a no hundir sus redes a más de 800 metros de profundidad. Además, las asociaciones de protección de la biodiversidad marina tienen acceso a los datos de sus nueve barcos para la pesca en aguas profundas. Intermarché se suma así a un grupo de iniciativas privadas de las grandes cadenas de distribución francesas tales como Casino, Auchan o incluso Carrefour. Paradójicamente, el compromiso con la protección de la fauna abisal llega inmediatamente después de que el “Scapêche” conociera, para su satisfacción, que el Parlamento Europeo emitió el día 10 de diciembre del 2013 una opinión contraria a la propuesta de ley formulada en el año 2012 que pretendía prohibir la pesca de arrastre en aguas profundas. Aunque vencidas a nivel comunitario, las ONG ecologistas han conseguido convencer a algunos empresarios para que regulen sus actividades para poder así prevenir la destrucción de los fondos marinos. Para estas ONG, sensibilizar a los consumidores sobre los riesgos medioambientales se ha convertido en una tarea tan importante como la de hacer lobby ante las instituciones comunitarias.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

La conservación de los recursos pesqueros cobra todo su sentido en el marco de la PPC (Política Pesquera Común). En los años 70 las primeras normas comunitarias adoptadas a ese respecto no le atribuían todavía esta función ecológica. Estaban principalmente orientadas a la creación de una organización sectorial, una copia de la PAC (Política Agrícola Común), el financiamiento de la modernización de la herramienta de producción y de la mutualización de las aguas nacionales. Aunque el agotamiento de las reservas de peces es objeto de una atención particular desde los años sesenta, la PPC no ha dado respuesta hasta el año 1983 y lo ha hecho a través de un texto poco modificado desde entonces. Este texto establece, país por país, cuotas de pesca e impone normas técnicas estrictas sobre el trenzado de las redes, el tamaño de las capturas e incluso la motorización de los barcos de pesca.

El debate actual sobre la prohibición de la pesca en aguas profundas y sobre las técnicas de pesca asociadas no es nuevo. En un contexto político marcado por la apertura a la sociedad civil de las instituciones comunitarias, las negociaciones concluyeron en un acuerdo en 1998 que prohibía el uso de las RED (Redes de Enmalle y Deriva). La Unión Europea se alineaba entonces con una resolución de Naciones Unidas que concretizaba la campaña internacional de Greenpeace en favor de la protección de los delfines. Durante ese periodo, surgieron iniciativas privadas que anticipaban la legislación europea. Recordemos a modo de ejemplo, que Unilever propuso en 1997 a la WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) – es decir, un año antes de la prohibición de las RED- la creación de un Consejo para la Buena Gestión de los Recursos Pesqueros. Sin embargo, encargada de emitir ecoetiquetas esta instancia entraría en competencia directa con la Comisión Europea, que deliberaba sobre el tema paralelamente. La ecoetiqueta MSC (Marine Stewardship Council), que ella elabora, monopoliza actualmente el mercado de la certificación ecológica de la pesca y paraliza las iniciativas de la Unión Europea en ese sector. En realidad, la relación de fuerzas actual en el seno del sistema europeo obliga a las ONG ecologistas, defensoras de la prohibición de la pesca de arrastre en aguas profundas, a orientar prioritariamente sus estrategias hacia una gestión privada de los océanos.

Marco teórico

La existencia de una comunidad epistémica. La calidad del trabajo de las ONG ecologistas, reconocida por la Comisión Europea, facilita su acción de lobby y la incorporación de sus proposiciones políticas en la agenda comunitaria.
La privatización de lo político. La regularización de la pesca en aguas profundas toma la forma de contratos informales entre las ONG y los productores/distribuidores de pescado de los grandes fondos a fin de paliar el déficit de gobernanza europea en la materia.

Análisis

La representación de los intereses medioambientales en el seno de la Comisión Europea coincide con la creación de una Dirección General dedicada al medioambiente (1973) y con un avance del derecho comunitario en ese tema (Acta Única Europea, 1986). El elevado costo del lobbying en Bruselas ha permitido la estructuración de dos redes. Por un lado, organizaciones federativas compuestas de múltiples asociaciones nacionales ecologistas trabajando sobre temas comunes. En el marco de la lucha contra la pesca de arrastre en aguas profundas, más de setenta de ellas se han unido en el seno de la Deep Sea Conservation Coalition. Por otro lado, Green 10 coordina desde 1991 la actividad de lobby de las diez ONG más importantes en el plano europeo e internacional (WWF, Greenpeace, Friends of the Earth, Birdlife International, etc.). Así pues, considerarlas como simples “organizaciones no gubernamentales” (Nielson) puede ocultar la “comunidad epistémica” (Haas) que representan para la Comisión Europea. Respondiendo a la necesidad de entender mejor las transformaciones actuales de la acción pública (internacionalización y transnacionalización) en general y la influencia de los grupos ecologistas sobre las políticas públicas en particular, el concepto de comunidad epistémica es totalmente adecuado para analizar los canales por los cuales han podido circular las nuevas ideas de las ONG hacia la actual comisionada de asuntos marítimos y de la pesca). De entre estas organizaciones, la asociación francesa Bloom ilustra la manera en la cual la producción científica privada puede obtener el reconocimiento de la Comisión Europea y basar la legitimidad de la inclusión en la agenda de propuestas políticas. La eficacia de esta apuesta reside en la crítica pluridimensional de la pesca de arrastre en aguas profundas, siempre planteada bajo la perspectiva del desarrollo sustentable. Bloom ha demostrado que: 1) esta actividad no era rentable y que dependía -sobre todo en el caso francés- de las subvenciones otorgadas por los Estados. 2) El empleo en el sector de la pesca sólo es significativo para una parte ínfima ya que sólo un 2% de los barcos operando en el Noreste Atlántico son creadores netos de empleo. 3) esta técnica pesquera, considerada como “la más destructiva de la historia”, agota los ecosistemas para utilizar finalmente sólo tres especies de peces – granadero de roca, sable negro, maruca azul- y tirar por la borda centenares de peces muertos de especies diferentes.

El campo de la acción de lobby europeo resulta ser profundamente asimétrico. Estas ONG intervienen en un terreno dominado por los grupos de interés económicos que disponen de los medios económicos suficientes para producir un expertise que compita con el de las ONG. Así, la mayoría de diputados europeos y de Estados afectados por el tema de la pesca de arrastre en aguas profundas (Francia, España, Reino Unido, Portugal) se han inclinado hacía la industrialización de la pesca. En el impasse institucional, las ONG de defensa de los océanos han en consecuencia incrementado sus esfuerzos para no tener que aceptar la oferta de conformarse con una ética del consumo. La difusión de las buenas prácticas en la materia pasa entonces por la vulgarización de su conocimiento. En este sentido, Bloom ha organizado una conferencia gravada, popularizó un comic (Pénélope Bagieu) e incluso estableció el ranking de los principales supermercados, entre los cuales Intermarché estaría a la cabeza. Frente al éxito de esta estratégica de denuncia (show and shame), que pone en evidencia la repartición forzada de la publicidad, las grandes empresas han tenido que negociar con las ONG para poder así recobrar parte de su credibilidad. Éstas últimas han entonces simbólicamente recompensado los compromisos voluntarios en favor de la biodiversidad marina. WWF, por ejemplo, publicó en su página web oficial un artículo titulado “Las ONG celebran el compromiso de la flota de Intermarché”. Esta estrategia de revalorización de la imagen de las empresas que demuestran cierta responsabilidad social (show and fame) parece formar parte del repertorio de acciones de estos actores no gubernamentales. Sin embargo, la privatización de la gobernanza europea de los océanos, prevista de manera temporal, podría volverse perenne en un contexto internacional caracterizado por la anomia. Dicho de otro modo, los océanos aparecen más que nunca como un bien público amenazado.

Referencias

Berny Nathalie, « Le lobbying des ONG internationales d’environnement à Bruxelles », RFSP, 58 (1), 2008, pp. 97-121.
Haas Peter M., « Introduction: Epistemic Communities and International Policy Coordination », International Organization, 46 (1), 1992, pp. 1-35.
Le Monde, « Pêche en eau profonde : Intermarché ne pêchera plus au-delà de 800 mètres », 31 janv. 2014.
Lequesne Christian, L’Europe bleue. A quoi sert une politique communautaire de la pêche ?, Paris, Sciences Po, 2001.