Por Valérie Le Brenne
Traducción: Ulises Aquino
Passage au crible n°65
Auspiciado por el Consejo Mundial del Agua, se llevó a cabo en Marsella del 12 al 17 de marzo de 2012 el sexto Foro Mundial del Agua. Titulado El Tiempo de Soluciones, esta expresión trienal ha reunido más de veinte mil participantes de 140 países. Estos últimos, trataron todo tipo de temas relacionados con el acceso al agua y el saneamiento. Esta vez, los ministros presentes han adoptado una declaración que busca acelerar la puesta en marcha del derecho al agua potable reconocido por la Asamblea General de Naciones Unidas en julio de 2010. Por otra parte, un dispositivo del foro en línea – la plataforma Solutions for Water – fue inaugurada con la finalidad de recibir las diversas propuestas ciudadanas.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Organizado cada tres años desde 1997, el FMA (Foro Mundial del Agua) es resultado de la iniciativa del CMA (Consejo Mundial del Agua). Creado en 1996, este organismo autónomo de Naciones Unidas tiene como objetivo reunir regularmente a todos los actores poseedores de intereses relacionados con el sector, con el fin de favorecer el debate y el intercambio de experiencias. En este caso, se trata de construir “una visión estratégica común” y de elaborar colectivamente soluciones ad hoc. Con sede en Marsella, esta plataforma multilateral ha obtenido el estatus de miembro consultivo del ECOSOC (Consejo Económico y Social de Naciones Unidas), y reagrupa actualmente más de 300 organizaciones representantes de 60 países.
Recordemos que desde los años setenta, constatar el agotamiento de los recursos naturales ha dado lugar a múltiples cumbres internacionales sobre el medio ambiente. En 1977, la Conferencia del Mar del Plata definió así, por primera vez, el agua como un bien común de la humanidad y alertó sobre los riesgos que se ciernen sobre este recurso. Sin embargo, sería necesario esperar la conferencia de Dublín, en 1992, para que fueran enunciadas las líneas directrices de una gobernanza mundial. Este primer corpus ha permitido adoptar el principio GIRH (Gestión Integrada de Recursos Hídricos) que ahora sirve como referente a nivel mundial. Inspirado en el modelo francés, este sistema está basado en un enfoque integral de la gestión del agua por cuenca hidrológica y llama a delegar infraestructuras públicas a operadores privados.
Junto a la Cumbre de Río, esta conferencia ha representado una etapa crucial en la toma de conciencia mundial del enrarecimiento de los recursos hídricos. Principalmente, ha permitido llegar a un consenso sobre la creación del Consejo Mundial del Agua. En 2000, la Cumbre del Milenio ha renovado la misión del CMA incluyendo “el acceso a fuentes mejoradas de agua potable” en los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio).
Mantengamos dos líneas de análisis:
1. Un multilateralismo sectorial: siendo un BPI (Bien Publico Internacional), el agua necesita el establecimiento de una gobernanza mundial. En este sentido, la organización regular de foros internacionales parece participar en la construcción de un “nuevo multilateralismo” como lo analiza Robert Cox.
2. La exportación de un modelo de gestión: el mejoramiento en el acceso al agua potable y al saneamiento exigen inversiones substanciales que los estados frágiles parecieran no estar en posición de asumir. Bajo estas circunstancias, el modelo francés de APP (Asociación Público-Privada) ha sido la solución privilegiada con el fin de alcanzar los ODM. Sin embargo, un número creciente de “actores fuera de la soberanía”, según la expresión de James Rosenau, rechazan este enfoque y denuncian la comercialización de un recurso patrimonial.
La celebración del sexto Foro Mundial del Agua refleja el despliegue de una gobernanza mundial que sobrepasa el estricto marco estatal. A este respecto, es necesario recordar que cada año, 5 millones de personas son víctimas de enfermedades causadas por el consumo de agua insalubre, convirtiéndose en la primer causa de mortalidad en el mundo. Al mismo tiempo, el crecimiento demográfico, el aumento de las superficies de riego, la urbanización y la multiplicación de contaminación industrial contribuyen al enrarecimiento de los recursos hídricos. En consecuencia, la búsqueda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio – que contemplan “Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento” – implica una cooperación del conjunto de actores inmiscuidos en el marco de las nuevas arenas multilaterales.
Además, el mejoramiento del acceso al agua potable y al saneamiento en los países en desarrollo requiere fuertes inversiones en materia de infraestructura. Las negociaciones realizadas durante diversos encuentros multilaterales han llevado a la adopción del modelo francés de Asociación Publico-Privada por numerosos organismos internacionales. Este sistema que se basa en una concepción económica de los Bienes Públicos Internacionales, incita a una resolución de esta problemática a través de una mayor participación de los actores involucrados en el mercado. Esto significa que el acceso no gratuito debe permitir un financiamiento sostenible de los equipos así como, la toma de responsabilidades por parte de la población. En este sentido podemos señalar que el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) condicionan el otorgamiento de sus ayudas a la puesta en marcha de este modelo por parte de los Estados beneficiarios.
Sin embargo, este enfoque es cuestionado por múltiples ONG que denuncian la comercialización de este recurso en países en vías de desarrollo. Para estos actores la privatización produce nuevas desigualdades ya que, implica un costo suplementario para los usuarios. De hecho, a esta visión económica se opone la concepción patrimonial de los bienes comunes, según la cual una fuerte implicación de instancias internacionales permitiría tomar las mejores vías al desarrollo. Basta decir que, dada ausencia de consenso sobre la noción de BPI, los procesos de negociación siguen estructurados por la división estratégica.
Así, asistimos actualmente a un fenómeno de convergencia de las ONG que se oponen a este modo de gobernanza. Reunidas en torno a coaliciones, estos actores comparten su capital a fin de formar nuevas arenas, como lo muestra la realización en Marsella del cuarto FAMA (Foro Alternativo Mundial del Agua) del 14 al 17 de marzo de 2012. En este caso, sus demandas están relacionadas con la colusión de intereses públicos y privados en el CMA, donde diversos miembros pertenecen en efecto a las tres principales operadoras francesas del agua y el saneamiento. Por lo tanto, el Foro Mundial del Agua representaría un medio de llevar los intereses de esas firmas a escala internacional a través de la promoción del modelo APP. Denunciando una lógica de “club”, el FAMA cuestiona igualmente la eficiencia de este sistema y señala los reveces que ha tenido después de una decena de años en África y América Latina.
Cox Robert W. (Éd.), The New Realism: Perspectives on Multilateralism and World Order, New York, St. Martin’s Press, 1997.
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Rosenau James, Turbulence in World Politics : a Theory of Change and Continuity, Princeton, Princeton University Press, 1990.
Schneier-Madanes Graciela (Éd.), L’Eau mondialisée, Paris, La Découverte, 2010.
Smouts Marie-Claude, “ La coopération internationale : de la coexistence à la gouvernance mondiale” in : Smouts Marie-Claude (Éd.), Les Nouvelles relations internationales, Paris, Presses de Sciences Po, 1998, pp. 135-160.