Por Valérie Le Brenne
Traducción: Daniel Del Castillo
Passage au crible n°61
El 13 de febrero de 2012, el Tribunal de Gran Instancia (TGI) de la ciudad de Lyon (Francia) juzgó que la empresa norteamericana Monsanto era responsable por la intoxicación de un cerealista en la región de Poitou-Charentes por el pesticida “Lasso”, prohibido en Francia desde el 2007. El tribunal solicitó una experticia con el fin de establecer el monto de los daños y perjuicios que la firma deberá pagar a la víctima. En Francia, esta primera condena podría hacer jurisprudencia, si otros procesos relacionados con el uso de este producto son dados a conocer.
Este asunto, que se suma a numerosos escándalos sanitarios asociados a la firma norteamericana, realza la cuestión de la regulación de los productos fitosanitarios.
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> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
En el 2004, el agricultor inhaló los vapores tóxicos al verificar un balde en su explotación agrícola. Después de este incidente, los análisis médicos revelaron una intoxicación por mono-cloro-benceno, un disolvente presente en el pesticida. En el 2008, la Mutualidad Social Agrícola (MSA) estableció una relación de causalidad entre éstos trastornos neurológicos y la utilización del producto fitosanitario, lo cual condujo a un reconocimiento de su invalidez como enfermedad profesional. Desde entonces, el cerealista se embarcó en un proceso de responsabilidad civil contra el gigante norteamericano, actuar que le ha valido el título de portavoz de las víctimas de pesticidas en Francia.
Recordemos que, durante los años sesenta, los demógrafos señalaron el incremento de la población mundial y advirtieron sobre los riesgos de una escasez alimentaria. Desde entonces, el objetivo que apunta hacia el aumento de los rendimientos agrícolas se impuso en todas las sociedades occidentales. Con el impulso de los gobiernos nacionales, los cultivadores lanzaron entonces importantes inversiones, con el fin de modernizar su actividad. De este modo, la Revolución Verde se tradujo por una mecanización de la producción, la concentración de las tierras, el uso de insumos sintéticos, la selección e hibridación de los cultivos.
Fundada en 1901 en San Louis, Misuri (Estados Unidos), la firma norteamericana Monsanto representa el ejemplo emblemático de una empresa que supo sacar provecho de este contexto para alzarse al rango de mayor en el sector agro-químico. Sin embargo, la reputación mundial del grupo se ve regularmente manchada por escándalos sanitarios y medio ambientales.
Reiteremos dos lineamientos importantes:
1. La aceleración tecnológica. Con el fin de anticipar el incremento de las necesidades alimentarias, las empresas agro-químicas desarrollan productos destinados a mejorar los rendimientos agrícolas. De esta manera, éstas contribuyen al proceso de “aceleración tecnológica”, tal como fue analizado por Susan Strange. Simultáneamente, dichas empresas se encargan de áreas de la vida social que otrora se encontraban reservadas al actor estatal, y reducen en consecuencia sus capacidades de regulación.
2. La regulación “fallida”. La denuncia de múltiples escándalos sanitarios cometidos por los “actores libre de soberanía”, según la expresión de James Rosenau, condujo progresivamente al surgimiento y difusión de normas en materia de gobernanza global de los productos fitosanitarios. No obstante, la persistencia de conflictos de intereses entre lógicas de mercado y desafíos sanitarios se muestra como el origen de un déficit de precaución, así como de una inadecuación de los mecanismos de regulación estatal.
La condena de Monsanto por parte del TGI de Lyon revela hasta qué punto las prácticas agrícolas se han transformado bajo los efectos de la Revolución Verde. En efecto, el incremento de la población mundial induce una presión constante sobre las producciones agrícolas. Con el fin de reducir los riesgos de penuria alimentaria, además para permanecer competitivos, los cultivadores deben aumentar de manera perpetua los rendimientos de sus cultivos. Para las firmas agro-químicas, el sector agrícola representa así un mercado sustancial en el cual encuentran la posibilidad de posicionarse. De hecho, las empresas desarrollan y comercializan productos destinados a mejorar el nivel de productividad agrícola. Al participar de este modo en el proceso de aceleración tecnológica, estos actores privados alteran al mismo tiempo la relación de poder existente entre el actor estatal y los mercados. Al hacerse cargo de áreas que hasta ahora fueron sometidas a la administración estatal, las firmas reducen sustancialmente las capacidades de intervención del poder público. A partir de este momento, el poder de regulación del Estado se ejerce al margen de los mercados. Así fuese bastante simbólica, la condena de Monsanto por el TGI de Lyon testifica de los límites de la regulación francesa en materia de productos fitosanitarios. Recordemos al respecto que, si bien Francia sigue siendo el primer productor agrícola en Europa, también es el primer consumidor de pesticidas. La imbricación de los desafíos agrícolas y económicos ha eclipsado durante largo tiempo las consecuencias sanitarias de los pesticidas, así como ha generado una falta de precaución por parte de los Estados.
No obstante, las múltiples denuncias de las firmas agro-químicas realizadas por los actores de la sociedad civil condujeron progresivamente a la formación y difusión de normas en materia de productos fitosanitarios. Desde esta perspectiva, varias agencias de seguridad sanitaria fueron creadas en Francia durante la década de los noventa, con el fin de prevenir, desde su origen, los riesgos relacionados con el uso de insumos químicos en la agricultura. Esto se tradujo, a nivel europeo, en la adopción de directivas destinadas a armonizar las condiciones de posicionamiento mercantil de los pesticidas en los Estados-miembros. Al seguir una evolución constante, estos dispositivos de regulación se construyen sobre la base de una acumulación de conocimientos y no intervienen, a menudo, sino después del acuerdo de posicionamiento en el mercado. Esto equivale a afirmar que la inadecuación de los mecanismos de prevención se muestra particularmente problemática tanto para los agricultores, como para los asalariados agrícolas, los cuales figuran como las primeras poblaciones expuestas a estos productos. El aumento de la cantidad de casos de cáncer y la multiplicación de los trastornos neurológicos, siguen siendo las principales enfermedades profesionales relacionadas con el uso de pesticidas. Pero el reconocimiento progresivo de estas dolencias por parte de la MSA, participa en el surgimiento de una reivindicación profesional. A pesar de la imposición realizada por un importante fenómeno de auto-censura, ciertos agricultores movilizan desde ahora algunos de los métodos de acción desplegados por los actores de las ONG medioambientales, con el fin de presentar su causa a las autoridades públicas.
Finalmente, los daños causados por el uso irracional de pesticidas constituyen a partir de ahora un precedente en materia de regulación de las biotecnologías. Especialmente en el momento en que las firmas agro-químicas presentan las tecnologías OGM como una alternativa a la utilización de productos fitosanitarios. Desde esta perspectiva, ciertos Estados europeos se muestran hoy en día reticentes a autorizar las importaciones de estas semillas a sus territorios. Recalquemos sin embargo que las lógicas de mercado conducen estas firmas a orientarse hacia los países en vías de desarrollo, para exportar los productos fitosanitarios prohibidos y comercializar las semillas transgénicas.
Champion Emmanuelle, Gendron Corinne, « Le ‘développement durable’ selon Monsanto », Écologie et politique, 29 (2), 2004, pp.121-133.
Parmentier Bruno, Nourrir l’humanité. Les grands problèmes de l’agriculture mondiale au XXIe siècle, Paris, La Découverte, 2009.
Rosenau James, Turbulence in World Politics: a Theory of Change and Continuity, Princeton, Princeton University Press, 1990.
Strange Susan, Le Retrait de l’État. La dispersion du pouvoir dans l’économie mondiale, [1996], trad., Paris, Temps Présent, 2011.
lemonde.fr, Planète, « Monsanto, un demi-siècle de scandales sanitaires », disponible à la page: http://www.lemonde.fr/planete/article/2012/02/16/monsanto-un-demi-siecle-de-scandales-sanitaires_1643081_3244.html, dernière consultation: 8 mars 2012.