Por Clément Paule
Traducción: Maricarmen González Cisneros
Passage au crible n°35
El 20 de marzo del 2011, con el levantamiento de los pueblos árabes y africanos el día mundial de la solidaridad fue celebrado en varios países, en Francia en México y en Marruecos. Organizado por la red de asociaciones como ATTAC (Asociación para la imposición de transacciones y por la acción ciudadana) o el CADTM (Comité para la anulación de la deuda de los países del Tercer Mundo) esta movilización fue inicialmente decidida dentro del marco del FSM (Foro Social Mundial) de Dakar. Del 6 al 11 de febrero de 2011, la onceava edición de esta concentración internacional de alter-mundialistas reunió a decenas de miles de participantes en la capital senegalesa. Después de la marcha de apertura de los ciclos de talleres, la Asamblea de movimientos sociales del 10 de febrero 2011 declaró dos iniciativas de convergencia* Además de la fecha del 20 de marzo, la fecha del 12 de octubre de 2011 fue escogida para ser El día mundial de acción contra el capitalismo.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Recordemos que el primer FSM se realizó en Puerto Alegre del 25 al 30 de enero de 2001, dentro de la prolongación de la movilización contra la cumbre de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en Seattle. En este caso, el evento fue creado simbólicamente en reacción al foro económico mundial de Davos. A través de la elaboración de una Carta de Principios, el movimiento de Porto Alegre se dotó igualmente de un Consejo Internacional y de un Comité de organización con el objetivo de asegurar la perennidad del proceso. Aunque el FSM se desarrollara la mayor parte del tiempo en Brasil – cuatro veces en Porto Alegre en 2001, 2002, 2003 et 2005 y a Belem en 2009 – también se le exportó en India – en Mumbai en 2004 –, en África – en Nairobi en 2007 y en Dakar en 2011 – como en Karachi, Caracas y Bamako en el marco del encuentro poli-céntrico de 2006. Aunque la mayoría de los eventos regionales fuera creado con un decenio de anterioridad, con los foros sociales africanos, asiáticos, europeos, magrebíes, etc. Subrayemos que 55 cumbres de este tipo se realizaron en 28 países diferentes en 2010.
Por otro lado, notemos que este fenómeno de dispersión, testifica de la diversificación – al menos geográfica – de públicos y de temas abordados, como el creciente y regular número de participantes. Entre estos últimos, señalemos el nacimiento de líderes carismáticos, en los que la toma de posiciones es importantemente esperada. Citemos Samir Amin, Demba Moussa Dembelé, Gus Massiah, Amina Dramane Traoré y también Immanuel Wallerstein. En 2005, diecinueve personas de este calibre firmaron el manifiesto de Porto Alegre el cual contenía doce posiciones entre las que se encontraba la anulación de la deuda del Sur, la tasa Tobin, el desmantelamiento de los paraísos fiscales, etc. Por tanto, esta declaración quedó huérfana de valor oficial, aunque pueda ser considerada como un soporte al alter-mundialismo. De forma general, los fundadores del FSM y una parte de sus promotores buscaron una forma de crear una tribuna abierta y contestataria, es decir un lugar de intercambio que no fue hecho para decidir. Sin embargo, esta percepción sufrió numerosas críticas recurrentes estigmatizando la ineficacia de una concentración desorganizada que se aparta de la política.
1. Heterogeneidad del espacio militante. Propuesto por Lilian Mathieu, el concepto de espacio – comprendido como universo de prácticas y de sentidos relativamente autónomo en el seno del mundo social – permite restituir el conjunto de participantes dentro de los cuales, los recursos y el posicionamiento son demasiado diversos. Se trata de subrayar la permeabilidad de las fronteras del alter-mundialismo. De esta configuración, resultan luchas permanentes internas por la definición de esta marca de fábrica y la posibilidad de incursiones para los participantes exteriores.
2. Estrategias de inversión política. A este efecto, dicha plasticidad puede favorecer la reapropiación del evento por los actores profesionalizados del campo político. Localizados a escalas diferentes, las interferencias suscitan controversias y alimentan la naturaleza misma del FSM.
Primeramente, la mayoría de los comentadores subrayaron el papel estructurador del foro en la creación de la agenda – agenda setting function – incluyendo temáticas poco mediatizadas. Particularmente señalaron los desafíos que constituye el acaparamiento de tierras – land grabbing – o de los derechos de los migrantes. El surgimiento de estas problemáticas se debe a las concentraciones regionales de 2010, como la cumbre de Cochabamba consagrada al cambio climático. Sin embargo, preguntarse sobre la selección de estas múltiples causas, nos reenvía a la extrema diferencia de los militantes presentes, muchas veces ocultada bajo el vago termino de sociedad civil. Retomando las recomendaciones de Sydney Tarrow, conviene distinguir los actores según sus modos de acción, en lugar de clasificarlos en función de su ideología. Desde entonces las fuertes desigualdades aparecen en el seno del espacio alter-mundialista en primer lugar, y se traducen en dificultades de pequeñas asociaciones capaces de financiar su participación de manera autónoma. Dentro de esta misma lógica, la puesta en obra de actividades – dentro de la desorganización general – favorece las organizaciones acostumbradas al FSM poseedoras de un savoir faire y de medios superiores para manejar las fallas de logística. A pesar de los esfuerzos de la Comisión de metodología del Consejo Internacional – tarificación especial, Dakar expandido, caravanas, etc. – esta marginalización relativa de profanos invalida la idea dentro de la cual existe una estructura equitativa de oportunidades políticas. Mencionemos igualmente las grandes disparidades geográficas a pesar de la presencia de delegaciones de cerca de 130 países. Si el Foro permanece siendo antes que nada un lugar de encuentros y de redes, los grandes coordinadores – CRID (Centro de Investigación y de Información para el Desarrollo), ActionAid, Vía Campesina, etc. – ocupan una posición central. De lo anterior atestiguan las 800 adhesiones que fueron permitidas gracias a la creación de ATTAC-Senegal.
Sin embargo, esta heterogeneidad parece estar favorecida por un Foro concebido como un espacio abierto, prohibiendo toda toma de decisiones oficial. En este mismo sentido, el sexto principio de la Carta afirma que nadie está autorizado a expresarse a nombre del FSM, el documento proclama de manera más general, la independencia hacia la política. Desde el punto de vista de Chico Whitaker, el rencuentro internacional debe de asimilarse al bien común de la humanidad que no puede ser ni privatizado ni verticalizado. A este efecto, la gestión material puede parecer equívoca, principalmente a causa de la incertitud financiera de los organizadores. Citemos la contribución substancial de Marruecos, aun cuando su gobierno mandó oficiosamente una delegación de agentes para oponerse a la presencia saharaui en el Foro. Más tarde, las autoridades senegalesas acogiendo la Cumbre adoptaron una actitud ambigua, calificada de resistencia pasiva, casi de sabotaje por Immanuel Wallerstain. Las críticas fijaron sobre todo al presidente Wade quien había mostrado su distanciamiento hacia el alter-mundialismo en una conferencia organizada el 7 de febrero. Mientras que se perfilan las elecciones presidenciales de 2012, el clima de tensiones sociales que reina en Senegal y la protestación creciente – exacerbada por la cuestión del deslastre y del desempleo – condujeron a Wade a impedir la reunión internacional. Si su invitación al Foro suscitó vivas polémicas, el discurso de apertura pronunciado por Evo Morales también fue blanco de protestas. El presidente Boliviano, como el dirigente Brasileño Lula, insistieron en la necesidad de cambiar las cosas accediendo al poder, inversamente a la estrategia dominante del Foro que pretendía excluir la política. Mientras que los militantes – como Gus Massiah – pudieron denunciar la recuperación de sus posiciones por el G20, como la tasa Tobin y el control de los paraísos fiscales. Como lo resume Samir Amin, “Los FSM aun están […] por los suelos, siempre “retrazados” respecto al progreso registrado en el terreno por las luchas”. Dicho economista evoca una relativa desconexión entre los movimientos tunecinos o egipcios y el Foro, tomando en cuenta la importancia de las delegaciones venidas del Magreb y del Machrek, y de la importancia de la puesta en marcha de once foros sociales en la región en 2010.
Mathieu Lilian, “L’espace des mouvements sociaux”, Politix, (77), 2007, pp. 131-151.
Revue française de science politique, « Les ONG face aux mouvements altermondialistes », 54 (3), juin 2004.
Tarrow Sidney G. The New Transnational Activism, Cambridge, Cambridge University Press, 2005.
Wallerstein Immanuel, “The world social Forum, Egypt and Transformation”, 20 fév. 2011, à l’adresse web : http//www.iwallerstein.com/the-world-social-forum-egypt-and-transformation/[10 mars 2011]
* Para una síntesis que trate de las grandes líneas de este evento, cf. « Foro Social de Dakar, 6-11 de febrero 2011 », Fil d’Arianne