Por Valérie Le Brenne
Traducción: Daniel Del Castillo
Passage au crible n°87
Del 03 al 14 de marzo de 201de marzo de 2013 al 14 se llevó a cabo en Bangkok la décimo sexta Conferencia de las Partes de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) que reunió a más de 20.000 participantes venidos de 178 países diferentes. En su aniversario número cuarenta, esta manifestación se abrió con un llamado a:” la lucha contra la sobre pesca, la explotación ilegal de los bosques y la criminalidad relacionada con la explotación ilícita de especies animales”. Simultáneamente, los países firmantes retiraron del Anexo I de la Convención varios especímenes que se encuentran en vía de extinción, entre los cuales se encuentra el emblemático tigre de Tasmania.
> Contexto histórico
> Marco teórico
> Análisis
> Referencias
Organizada cada tres años desde 1976, la Conferencia de las Partes de la CITES busca representar una instancia mundial de regulación del comercio de especies animales y vegetales, con fines a preservar la biodiversidad. Para esto, se ha dotado de un instrumento de clasificación elaborado a partir de los peritajes científicos más recientes. Elaborado en tres anexos, este corpus de textos forma una pauta evolutiva de uso habitual por los Estados miembros.
Recordemos que la CITES se origina en la resolución adoptada en 1963 por la Asamblea General de la International Union for Conservation of Nature (IUCN), que preconizó la creación de una convención internacional para:”reglamentar la exportación, el tránsito y la importación de especies silvestres escasas o amenazadas”. De hecho, esta primera propuesta nace de la observación sobre la desaparición acelerada de la fauna y flora salvajes, bajo los efectos de su comercialización por poblaciones rurales en situación de pobreza. Al respecto, subrayemos que este procedimiento se inscribe plenamente en las preocupaciones medio ambientales surgidas en los años sesenta y que, desde entonces, ya prefiguraban las cumbres internacionales de los años setenta. No obstante, habrá que esperar la Conferencia de Estocolmo de 1972 para que la iniciativa sea discutida de nuevo, llegando a considerar entonces la realización de una conferencia plenipotenciaria. El 03 de marzo de 1973 ochenta países levantaron el acta de la creación de la CITES, al terminar la Conferencia de Washington.
Desde esta fecha, la cantidad de Partes participantes ha progresivamente alcanzado los 178 Estados, al lado de los cuales intervienen ONGs medio ambientales, así como empresas privadas. En la actualidad, la CITES es probablemente aún la herramienta internacional más ambiciosa en materia de preservación de la biodiversidad. De hecho, treinta mil especies animales y vegetales son objeto de medidas de protección, con una atención específica dirigida hacia ciertos especímenes llamados ”carismáticos”, como lo son el oso polar, los elefantes de África y los tiburones.
1. La destrucción de un Bien Público Mundial (BPM). En tanto que BPM, las especies de fauna y flora silvestres apelan por la puesta en marcha de una gobernanza global en la cual los Estados sean los principales socios. La construcción de un multilateralismo vinculante parece entonces constituirse como la mejor vía para resguardarlas del comercio internacional que constituye, después de los daños al medio ambiente, el segundo factor de su destrucción.
2. La traba impuesta por las soberanías estatales. La elaboración de la regulación mundial se encuentra limitada por el derecho soberano de los Estados para establecer sus propios marcos legislativos; la producción normativa aparece entonces como el único verdadero instrumento de esta diplomacia de cumbres. No obstante, una cantidad creciente de ONGs medio ambientales denuncian los efectos contra producentes sobre las especies más amenazadas por el comercio ilícito.
La realización de la décimo sexta Conferencia de las Partes de la CITES traduce la voluntad de desplegar una gobernanza global que apuntaría hacia la administración sostenible de un BPM. En este sentido, recordemos que una especie sobre cada mil desaparece por año, con una tasa de extinción de cien a mil veces más rápida que el ritmo natural. Si la degradación del medio ambiente bajo los efectos de las actividades humanas constituye el primer ataque a la biodiversidad, la sobre explotación con fines comerciales y la pesca furtiva organizada por redes criminales, representan un segundo factor cuya importancia conviene comprender. De esta manera, se estima que solamente el comercio legal de especies silvestres llega a facturar alrededor de 15 mil millones de euros al año; esto sin contar los beneficios obtenidos por la pesca y el aprovechamiento forestal.
Sin embargo, en ausencia de un Estado mundial que detuviera la legitimidad de instaurar una jurisdicción supranacional en la materia, la regulación del comercio internacional de las especies de fauna y flora salvajes no podría realizarse sin una cooperación interestatal. En consecuencia, el amparo a la biodiversidad implica la construcción de un régimen internacional que permita la puesta en marcha de dispositivos vinculantes, dado el caso que los Estados siguen siendo los principales actores capaces de regular las dinámicas comerciales dentro de las cuales se han insertado.
Desde esta perspectiva, las negociaciones llevadas a cabo durante los distintos encuentros condujeron a la elaboración progresiva de tres anexos que han conformado la herramienta privilegiada en este escenario multilateral. Este corpus de textos, basado en un trabajo científico de censo de las especies vivas, ofrece una clasificación jerarquizada de éstas según que se encuentren: en vía de extinción (Anexo I), en riesgo de extinción so falta de un control riguroso de su explotación (Anexo II), o bien que un Estado haya formulado una solicitud de protección para un espécimen particularmente amenazado en su territorio (Anexo III). A cada Conferencia de las Partes de la CITES corresponde entonces una actualización y extensión del contenido normativo de estos documentos. De manera que las especies oficialmente extintas son retiradas de estas listas, mientras nuevas especies son por ejemplo inscritas. No obstante, este último procedimiento se presta a la confrontación de múltiples intereses, en la medida que requiere la aprobación de la mayoría de los miembros de la Convención. Por otro lado, la existencia de varios regímenes de excepción brinda la ocasión para que ciertos Estados se sustraigan a los mecanismos de regulación, mientras que son susceptibles de ser los más interesados por estas medidas. Citemos al respecto los supuestos objetivos científicos de la caza de ballenas, en virtud de los cuales Japón cuenta con el privilegio de una autorización basada en el Anexo I de la Convención. Todo esto conduce a las ONGs medio ambientales a denunciar con virulencia la componenda a la cual se prestarían los países miembros durante las reuniones de estas conferencias.
Si bien conviene – en el estado actual de las cosas – contar con una regulación del comercio legal de las especies gracias al refuerzo de la implicación de los Estados, subrayemos que ningún componente los obliga verdaderamente. Además, la lucha contra el comercio ilícito ha sido el pariente pobre de la CITES. La extinción de varios especímenes inscritos en el Anexo I de la Convención, más la agravación de la amenaza sobre ciertas especies víctimas de la pesca furtiva, confirman la ineficiencia de este dispositivo. Más grave aún, las orientaciones de la CITES podrían incluso ser susceptibles de provocar efectos contra producentes al aumentar automáticamente el valor mercantil de las especies más amenazadas en los mercados ilegales de especies.
Constantin François (Éd.), Les Biens publics mondiaux. Un mythe légitimateur pour l’action collective ?, Paris, L’Harmattan, 2002.
lemonde.fr, Planète, « Constat d’échec pour la défense du monde sauvage », disponible à la page : http://www.lemonde.fr/planete/article/2013/03/02/constat-d-echec-pour-la-defense-du-monde-sauvage_1841752_3244.html, dernière consultation le 31 mars 2013.
lemonde.fr, Planète, « Le commerce d’ivoire qui menace les éléphants d’Afrique, a triplé en quinze ans », disponible à la page : http://www.lemonde.fr/planete/article/2013/03/02/constat-d-echec-pour-la-defense-du-monde-sauvage_1841752_3244.html, dernière consultation : le 31 mars 2013.
Site officiel de la CITES, disponible à la page : http://www.cites.org, dernière consultation : le 31 mars 2013.